1174. Miércoles, 30 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo cuarto: “Si eres feliz, escóndete. No se puede andar cargado de joyas por un barrio de mendigos. No se puede pasear la felicidad por un mundo de gente que se cree desgraciada” (Alejandro Casona, 1903-1965; escritor español)

“Leer ya me gustaría. Pero ¿de dónde saco el tiempo?” me decía uno. Y otro, un semi-ejecutivo en camino de prosperar: “- Tres horas se me van en el camino de casa a la oficina. A los hijos pequeños apenas los veo”.

El tiempo es una realidad misteriosa. Ya San Agustín escribía que si nadie le preguntaba qué era, sabía lo que era, pero que apenas intentaba una definición fracasaba. Aristóteles precisó que el tiempo es la medida del movimiento. Por eso cuando se hacen muchas cosas el tiempo es siempre rapidísimo; quien no hace nada dispone de un tiempo largísimo, interminable.

En la civilización industrial, donde se paga por horas, donde hay que fichar, donde se cobran trienios –y tantas otras realidades medidas por el tiempo-, se ha perdido el sentido profundo del tiempo de ocio, del tiempo para contemplar, para empaparse en la realidad.

La mayoría de los pueblos primitivos no usaron reloj. Se guiaban por el sol y el tiempo era la medida de lo que hacían. De ahí la calma tranquila, la atención en el cultivo del campo, la concentración en la pesca, el mimo en el pastoreo. Algunos antropólogos interpretaron todo esto como ociosidad o vagancia. Y era todo lo contrario: trabajo con los cinco sentidos, contemplación activa de la realidad. Por eso conocían cientos de plantas y sus propiedades; por eso tenían nombres para muchos tipos de vientos, de lluvias, de nubes.

Nosotros dedicamos una parte del tiempo a organizar el tiempo; otra parte a mirar el reloj; otra a quejarnos de la falta de tiempo; otra a perder el tiempo. Poco a poco se ha convertido el tiempo para hacer las cosas en algo más importante que las cosas que hay que hacer. El resultado, mucha veces, es que las cosas no se hacen, pero, eso sí, se mide cuidadosamente el tiempo empleado en no hacerlas. Y es que siempre hay más tiempo cuando se deja de decir que no hay nunca tiempo.

Uno y dos de mayo. Hasta el lunes pues.
... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1173. Martes, 29 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo tercero: “Nunca trates de enseñar a un cerdo a cantar. Perderás el tiempo y fastidiarás al cerdo". (Proverbio ruso)

En tiempos de crisis, cualquier idea es bienvenida si sirve para ahorrar.

El faraón Menopto, que reinó en Egipto más o menos por el año III a. de C., tras vencer a sus enemigos los sirios mandó cortarles sus 13.000 (trece mil) penes, trofeo que exhibió y acabó repartiendo entre sus más íntimos para demostrar su gran victoria y, ya de paso, ahorrarse alimentar a los miles de esclavos -a sus "empleados" nunca les faltaron lechugas que llevarse a la boca- que hubieran sido necesarios para fabricar otras tantas figuritas conmemorativas que el bueno de Menopto acostumbraba a repartir cada vez que el faraón volvía victorioso.

Y es que, cuando las dificultades empiezan a aparecer, la imaginación es la mejor herramienta para enfrentarse a ellas.

El sultán Key Coubat I de los selyúcidas, una importante dinastía turca de Oriente Próximo que gobernó el oriente musulmán por los siglos XI y XII, pasó a la historia por fabricar 300 tiendas de campaña para su ejército con los testículos y escrotos de los 30.000 enemigos capturados en batalla.

Y luego dicen que lo del reciclaje es un invento moderno.

... el humor de los caballos.

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1172. Lunes, 28 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo segundo: “Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los situados en los lugares más altos son los más inútiles" (Paul Masson, 1859-1940; periodista francés)

Pocas cosas han cambiado desde que en el siglo primero antes de Cristo empezaran a celebrarse las primeras oposiciones para "trabajar" de funcionarios. Ya entonces los exámenes duraban varios días y se presentaban para unos pocos puestos miles de candidatos.

Aunque en algo sí hemos avanzado. En aquellas épocas y durante el tiempo que se estuviera celebrando la oposición nadie podía, bajo ninguna circunstancia, ni tan siquiera por imperiosas necesidades fisiológicas, salir de la sala.

¿La solución al problema? Fácil. Los opositores acudían a las maratonianas pruebas equipados con sus correspondientes orinales, que usaban según sus necesidades a la vista de los demás aspirantes y, por supuesto, de los miembros del tribunal, en mitad de la sala.

Tengo mucha imaginación, pero reconozco que se me hace cuesta arriba pensar la forma en la que los sufridos opositores podían contestar correctamente cualquier pregunta, por fácil que fuera, respirando el ambiente en la sala después de que varios miles de personas llenaran sus correspondientes orinales una y otra vez. Tenía que ser algo que, inevitablemente, les marcara para el resto de sus vidas. Y las de sus descendientes.

Quizá desde entonces venga esa costumbre que tienen en casi todos los sitios públicos de, cada vez que vas a pedir alguna cosa (que encima suelen exigirte ellos mismos), ponerte cara de estar oliendo a huevos podridos, una cara de estreñimiento crónico en la que, sin abrir la boca te están mandando a la mierda por haber interrumpido sus profundos pensamientos metafísicos entre el café con porra de las nueve y la primera caña de las once.

Hay que entenderlos. Ellos no son así, la culpa es de sus genes.

... el triangulo del diablo.

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1171. Viernes, 25 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo primero: "Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad". (Julio Verne, 1828-1905; escritor francés)

La tiranía laboral que durante estos últimos días ha impuesto una brutal coincidencia entre el sagrado sacramento de escribir en el blog y una absurda (e inevitable) actividad laboral de primera hora, parece que llega a su fin. El lunes todo volverá a su sitio (espero) pero hoy ando otra vez de prestado.
"Leo en el último número de la revista francesa Paris-Match que el noventa por ciento de los niños y niñas europeos sueñan con de mayores llegar a ser top-model. No me sorprende. La Organización Mundial del Trabajo reconoció el año pasado que las dos profesiones más deseadas en el mundo eran la de parado con subsidio y modelo, por ese orden.

Leo también que la semana pasada en un colegio elitista femenino de Nueva York fue lapidada y golpeada sin piedad por sus compañeras la niña Jennifer Findelbaum cuando confesó su deseo de ser ingeniero agrónomo. Los estudiosos de la adolescencia femenina han definido esta mezcolanza perfecta entre un físico nacido para pecar y un cerebro de guardería como Generación Heidi, en clara referencia al serial japonés con el que todas ellas crecieron. Algunos moralistas aventuran que detrás de estas muchachas se esconde la crisis de valores más preocupante desde el éxito de Los Pecos, pero no es así. La nueva afición al topmodelismo encubre también bellos principios espirituales. Los psiquiatras, por ejemplo, han definido como "síndrome Madre Teresa" a la enfermedad que padecen la mayoría de las modelos internacionales aquejadas de vez en cuando por un incontrolable impulso de abrazar y fotografiarse con niños hambrientos del Tercer Mundo, sin razón aparente. El Vaticano, con cierto secretismo, ha firmado un contrato a la modelo Linda Evangelista para que practique las misiones en el mundo frívolo de la pasarela.

Uno no juzga tan pésimo el deseo de las niñas (y de algún que otro niño). Quizá en el fondo sea más provechoso intentar vivir del cuerpo que de según qué cerebros. Sería de agradecer que llegados los tiempos de la clonación el modelo a seguir se inclinara más hacia Elle McPherson que hacia un presidente de club de fútbol, por poner un ejemplo malintencionado.

Dicho lo dicho por García Márquez y suprimida la Ortografía y dicho lo dicho por Arzalluz y eliminada la Lengua Española por franquista y antiautonómica, fallecido el Latín de muerte natural, enterrada la Filosofía y sin un mapa que dure más de tres días para enseñar Geografía, los consejos escolares ven con buenos ojos incluir entre las asignaturas obligatorias el desfile en pasarela, la pose fotográfica y la anorexia voluntaria.

Con un mundo habitado únicamente por topmodeles se confirmarían las previsiones que apuntan a que en el año 2000 la relación sexual imperante será la masturbación. De hecho, la edad de comienzo en esta práctica solitaria se ha adelantado de los nueve a los cuatro años en sólo una década. TVE, algo de capa caída, planea un nuevo programa para niños titulado Primeras Eyaculaciones y sólo se duda si la presentadora será Xuxa, Leticia Sabater o, renunciando a la careta hipócrita opusdeística, la mismísima ex reina del porno Traci Lords.

Un paso previo hacia ese mundo bello y perfecto ha sido la inauguración en Miami del primer centro de cirugía estética para recién nacidos y la floración de residencias de ancianos para menores de treinta años. Los médicos modernos ya hablan de incluir la fealdad como una enfermedad más y elogian las virtudes del plástico en comparación con la piel humana.

Cuando el mundo sea guapo y bien guapo y nada de achatado por los polos quizá alcancemos la felicidad que ahora se nos niega. Seremos topmodeles rutilantes, evitaremos esa costumbre anticuada de tocarse, esa inconcebible pasión por acariciarnos michelines y alopecias mutuamente. Graparnos la cara nos devolverá el esplendor amenazado por el paso del tiempo.

Los días tercermundistas donde los niños soñaban con ser toreros, bomberos o policías han pasado a mejor vida. Ahora nadie duda de que la ropa interior de Dios es de Calvin Klein y si le da por jugar al tenis con nuestras cabezas la cinta para recogerse la melena se la paga Nike. Urge sustituir los crucifijos que tanto costó repartir por cada rincón del planeta por muñecos Madelman. "
Hasta el lunes.

... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1170. Jueves, 24 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo septuagésimo: “Cuando contratas gente más lista que tú, demuestras ser más listo que ellos” (Alphonse Karr, 1808-1890, escritor francés)

Estos días, trabajo obliga, ando de prestado. Eso que ganamos todos.

¿Es sólo el domingo una institución deprimente?

Mi crónica de hoy, ya lo siento, es una crónica judicial, o sea como las del resto de la semana. Thomas Findelbaum, un antropólogo fracasado que sobrevivía gracias a ocasionales oficios, puede pasar a la historia del Derecho americano si prospera la demanda que acaba de presentar en un tribunal de Nueva York. Findelbaum, que en los últimos meses ha tratado de suicidarse, sin éxito, en ciento veintitrés ocasiones y como puede suponerse presenta un aspecto lamentable, contrató los servicios de un despacho de abogados neoyorquinos con la pretensión de querellarse contra el domingo. Sí, se trata de la primera vez en la historia, desde que se sentaran las bases del Derecho romano, en que un ciudadano se enfrenta judicialmente contra un día de la semana.

El caso amenaza con prosperar en el Tribunal Supremo americano que después del desprestigio por el caso O.J. Simpson no está dispuesto a cometer nuevos errores y cuyo presidente ha declarado que en caso de duda lo mejor es ejecutar. Lo que pide Findelbaum es que el domingo, especialmente la tarde, sea suprimido y desaparezca de entre los días de la semana. La lista de agravios que acompaña la demanda viene encabezada por una estadística que demuestra que en el mundo actual se producen tantos suicidios en la tarde del domingo como en todos los demás días de la semana juntos.

Como responsables civiles subsidiarios, Findelbaum pretende demandar al párroco Larrabee, a cuyas misas asiste cada domingo, a su equipo de béisbol que cada domingo le regala un nuevo motivo para la tristeza, a todos los programas de radio y televisión que se emiten ese día y a las empresas que conceden el domingo como festivo además de los suplementos dominicales de los periódicos.

Efectivamente, dice el pliego de cargos, estos suplementos se aprovechan de la indefensión del lector en día festivo. Muestran la cara amable del mundo, como si ésta existiera, proponen recetas de cocina que suenan a ciencia ficción, paradisíacos lugares donde pasar unas vacaciones que nadie se puede pagar, la moda enfundada en modelos sobre cuya existencia real incluso el Vaticano ha planteado dudas, coches último modelo a los que con suerte algún día tendremos cerca para rayarles la pintura con un destornillador, todo esto amparados en que es domingo. De hecho, un periódico lanzó el suplemento dominical un martes y fracasó estrepitosamente.

La pregunta que se hacen los norteamericanos es si tiene alguna utilidad realmente el domingo o es sólo una institución deprimente donde sádicos de todo el mundo aprovechan para visitar a enfermos que están tan felices en sus hospitales, donde deportistas profesionales y honrados se enfrentan al insulto, la mofa e incluso la agresión en estadios de fútbol de todo el mundo, un día en el que millones de personas sufren ese genocidio lento y cruel que se denomina ocio.

Con Findelbaum se han solidarizado la Liga del Enemigo del Chándal, la Iniciativa para el Destierro de los Domingueros, la Asociación de Taquicárdicos por culpa de los pitidos del gol del Carrusel Deportivo. En cambio, la Asociación de Amigos del Domingo, que en España tiene su sede en Lechago, Teruel, se opone de raíz a la celebración del juicio, entre otras cosas porque tendrían que irse buscando otro nombre y no se les ocurre. Según ellos, hoy la víctima es el domingo, pero mañana cualquier oficinista sin vocación se puede querellar contra el lunes, o cualquier espectador de televisión en España tendría derecho a pedir la supresión de la semana completa.

En los próximos meses habrá que permanecer atentos a las noticias que lleguen de este juicio: Findelbaum versus Sunday. Por lo pronto se han paralizado, por orden judicial, la impresión de calendarios del año próximo hasta que no haya sentencia firme.
... caviar.

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1169. Miércoles, 23 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo noveno: "Hasta después del llanto más sublime siempre acaba uno por sonarse" (Heinrich Heine, 1797-1856; poeta alemán)
Una familia celebraba la boda múltiple, de sus tres hijas. Antes de que marchasen de viaje de bodas a diferentes lugares. La madre pidió a sus hijas que la llamaran al día siguiente para contarle, lo más discretamente posible, sobre el desempeño sexual de sus maridos, utilizando el lema de algún anuncio comercial.

La primera en llamar a su madre fue la hija mayor y solo le dijo:

- "Nescafé"

La madre quedó confundida, hasta que más tarde vio un anuncio de nescafé que decía:

"Satisfacción hasta la última gota"

Poco después recibió la llamada de la segunda hija, que le dijo entusiasmada:

- "Colchones rosen"

La mamá buscó la publicidad de Colchones Rosen y leyó complacida:

"Vive la vida con tu king size, extra grande"

La hija pequeña tardo una semana en llamar y casi sin voz le susurró:

- "American Airlines"

La madre buscó frenéticamente un anuncio de American Airlines y antes de desmayarse leyó:

"4 veces al día, 7 días a la semana, los 365 días del año, todas las rutas"
Mucho trabajo= poco tiempo= una sonrisa tonta.

... vencejos.

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1168. Martes, 22 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo octavo: "Sólo podemos temer una cosa ¡por toutatis!, que el cielo caiga sobre nuestras cabezas. Pero eso no va a pasar mañana". (Abraracurcix, jefe galo)

Sábado por la tarde, en el único canal de televisión que por aquella época emitía a esas horas, Heidi, tumbada en la pradera de los Alpes junto a Pedro, va imaginando animales a partir de las siluetas de las nubes. Al terminar el capítulo pocos fueron los que al salir a la calle no buscaron nubes con las que poder imaginar.

Lunes por la mañana, con su mala leche de siempre llega doña Isaura, "la topo". Le toca explicar los fenómenos atmosféricos y rápidamente impone su realidad: por muy de algodón que parezcan las nubes no son más que enormes y pesadas masas de agua que se sostienen en el aire gracias a la combinación de dos leyes físicas. Y el ejemplo que pone para rematar su matraca no puede ser más rotundo: si una nube se desplomara sería como si cayeran de golpe 150 ballenas azules.

Tendría toda la razón del mundo pero, al igual que los trucos de magia se vuelven gansos y chapuceros en cuanto se destripan, aquella cruel explicación mató buena parte de mi imaginación preadolescente. Podían haber esperado un poco más. Desde entonces, mirar al cielo no volvió a ser lo mismo. Nunca.

... un menú presidencial.

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1167. Lunes, 21 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo séptimo: "Cuando una medicina no hace daño deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo". (Pierre Augustin de Beaumarchais, 1732-1799; poeta francés)

La medicina del antiguo Egipto se regía por códigos de ética muy estrictos que, por ejemplo, prohibían a los médicos alejarse de sus pacientes hasta que estos no estuviesen completamente curados. Si el paciente moría, el médico debía justificar la causa del deceso a satisfacción de los familiares del difunto. En caso de comprobarse algún tipo de negligencia el médico pagaba con su vida.

No mejoró la cosa entre los visigodos de la Edad Media. El facultativo sólo cobraba sus honorarios si el paciente se curaba. En cambio, si fallecía, aún en los casos en los que hubiera sido bien atendido, el médico debía pagar una fuerte indemnización. Finalmente, si la causa del fallecimiento se debía a negligencia médica, el facultativo no sólo perdía su licencia para ejercer sino que también quedaba a disposición de los familiares para que estos le propinaran el castigo que ellos creyeran oportuno.

No ha mejorado mucho las cosas ahora. Lo de las indemnizaciones se va arreglando con el invento del seguro, pero alguien debería de decirles a algunos familiares que ya no estamos en la Edad Media. Por mucho que les guste conservar las tradiciones.

Va de lunes.

... la trabajadora más vieja del mundo.

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1166. Viernes, 18 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo sexto: “Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres”. (Coco Chanel, 1883-1971; diseñadora francesa).

Aunque lo más recomendable sería tener a mano unas cuantas pinturas de esas que son fácilmente lavables (en las tiendas de todoacien –ahora llamadas loschinos- las venden de todos los colores), nos podría bastar un simple lápiz de labios. Hoy, en "peluche práctico", y con vistas al fin de semana: “saca el artista que llevas dentro, el lienzo te está esperando”.

Se trata de pintar y ser pintado, jugar con formas abstractas, con dibujos naif, aprovechar los contornos del cuerpo desnudo, hacer de los pechos dos montañas, de la barriga un desierto y del ombligo un oasis, y ver como se va diluyendo todo con la excitación de ser recorrido por unos labios que acaben "bebiendo" de ese "oasis" como si no lo hubieran hecho en tres meses.

Las posibilidades son tan amplias como la imaginación, y el resultado, (el de verdad, no el artístico), va a merecer la pena.

Claro que bien mirado no hacen falta ni las pinturas, basta con escribir palabras en el cuerpo con la lengua, muy lentamente, dejando que adivinen la letra que estemos escribiendo, empezando por la espalda y acabando por zonas mucho más interesantes. Ir garabateando letra a letra "esternocleidomastoideo" con la lengua húmeda tiene que acabar irremediablemente en orgasmo.

Y si uno es tartamudo -o se lo hace- para que seguir. Hasta el lunes

... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1165. Jueves, 17 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo quinto: "Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda". (Jean de La Fontaine, 1621-1695; poeta francés)

Ayer tuvimos una reunión para, según la convocatoria, "Implementar nuevos criterios de trabajo". Ni idea del significado de la palabra al entrar (aunque muy bueno no podía ser si iba en la misma frase que "trabajo") y ni idea al salir. Los psicólogos que lo invaden todo; son los nuevos sastres del cuento aquel en el que nadie se atrevía a decirle al emperador que no llevaba traje después de que ellos se encargaran de vender que sólo los listos y modernos podían verlo.

No es la primera vez que nos cazan. Suele pasar un par de veces al año coincidiendo -casualmente- con que algún amigo de quien decide estas cosas crea un programa informático repleto de gráficos naif (así se ahorran un dibujante) y unas casillas cada vez más pequeñas en las que poner crucecitas.

Aunque todos sabemos que ni tan siquiera lo leen, siempre tragamos sin rechistar la hora y media larga de explicaciones sobre lo importante que resulta para el futuro del hambre en el mundo, el entendimiento entre civilizaciones y hasta para el cambio climático, pensar bien cada respuesta antes de contestarla. Luego, todo se reduce a hacer una quiniela rebosante de empates, pero -y ahí sí los entiendo-, no sería políticamente correcto si no adornaran la historia con "gestiones globales", "establecimiento de directrices" y otras frases comodín sacadas de "cómo hablar cuatro horas sin decir nada"

De todas formas hay que reconocer que queda bien, nos hace sentir modernos y además ampliamos el vocabulario técnico. Y eso siempre es bueno para moverse por la vida. Además, esta vez ha sido la reunión a la que más gente ha asistido y aunque las malas lenguas digan lo contrario, yo estoy completamente seguro de que no tenía nada que ver con que fuera la primera a la que asistía la flamante nueva subdirectora, ascendida desde sus tareas administrativas gracias a un romántico calentón -que todavía dura- con el jefe.

Es el amor que rompe barreras.

... bodrio.

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1164. Miércoles, 16 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo cuarto: “El infierno está lleno de aficionados a la música”. (George Bernand Shaw, 1856-1950; dramaturgo y periodista irlandés)

“Cuando suenen las trompetas, todo el pueblo subirá al ataque “ decía Josue a sus tropas cuando andaban liados en la conquista de Jericó. En la primera guerra del Golfo se anunciaba la llegada de los soldados estadounidense con canciones de Metalica. Y cuentan que la captura del general Noriega se hizo al ritmo de Judas Priest. Algunos presos liberados de Guantánamo aseguran que eran obligados a escuchar canciones de Eminen durante veinte días seguidos, y la sintonía del programa norteamericano Barney formaba también parte de la torturadora banda sonora carcelaria.

La música ha sido siempre un instrumento de tortura útil, práctico y, sobre todo, barato. En ese sentido tampoco han inventado nada nuevo. Los ejércitos afirman que es una técnica psicológica más, pero los expertos lo definen como un método de tortura coercitiva. Someter a una persona durante horas a un mismo sonido, sea Mozart o Frank Sinatra, es un suplicio en toda regla. La mente sufre desorientación y confusión ante el ruido constante. También se interrumpe el sueño, por lo que el fluir del pensamiento se reduce hasta que su voluntad termina por romperse. Es entonces cuando el enemigo aprovecha para conseguir sus fines del prisionero.

Enhorabuena, lo han conseguido. Después de más de un mes aplicando la técnica lo han conseguido. Estoy en sus manos y dispuesto a darles todo lo que me pidan.. pero, por favor, ¡basta ya del chiki-chiki!

... imitadores naturales.

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1163. Martes, 15 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo tercero: “Cuando era joven, me decían “Ya veras cuando tengas cuarenta años”. Tengo cuarenta años y no he visto nada (Eric Leslie Satie 1866-1925; compositor y pianista francés)

Cuchillas de bronce y trozos de pedernal. Esos eran los instrumentos con los que los hombres empezaron a quitarse la barba. El caso es que muchos años después, y diseños aparte, tampoco hemos avanzado mucho. Afeitarse sigue siendo una carnicería.

Desde entonces ha aparecido la espuma de afeitar, una espuma que contiene aire, derivados de petróleo y fragmentos de algas, elimina muy mal la grasa de la piel, lo que hace que el pelo no se corte bien y acabe como si lo hubiesen sometido a auténticos hachazos. Entre 100.000 y medio millón de trozos de células cutáneas desgarradas se encuentran en la hoja de afeitar tras la escabechina,. Y en la cara , un mar de cráteres y cicatrices se van llenando lentamente de sangre preparando para la otra novedad en estos últimos siglos: el after-shave y su buena dosis de alcohol que hará que la pobre piel, ya machacada, reaccione estrangulando los poros (estrangular y astringente tienen el mismo origen etiológico).. y eso duele..

Al menos esta vez la culpa no tiene nombre de mujer. Es verdad que siempre hubo quien se afeitaba por capricho –el masoquismo es un opción-, pero la culpa de su obligatoriedad hay que echársela a Alejandro Magno quien exigió a sus soldados que se afeitasen la barba para que los enemigos no pudiesen agarrarles por ella.

Claro que, mirándolo por el lado positivo, menos mal que sólo se le ocurrió lo de la barba. El mismo argumento de cortar todo aquello que el enemigo pudiera agarrarle a un soldado podía haberlo aplicado a tantas cosas que sólo de pensarlo...

... hacheyeme.

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1162. Lunes, 14 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo segundo: “La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos". (Ethan Hawke en El club de los poetas muertos, 1989)

Cuentan que Descartes construyó un autómata femenino que le acompañaba en casi todos sus viajes (supongo que el detalle de que el autómata fuera “femenino” da una pista del uso que haría el buen señor de él/ella). Un monje y relojero italiano al servicio de la corona española, Juanelo Turriano, construyó, en pleno siglo XVI, numerosos autómatas que le servían de criados en sus quehaceres cotidianos. Uno de los maestros de Santo Tomás de Aquino, San Alberto Magno, creó un robot mecánico móvil que, incluso, le daba respuestas acertadas a todo tipo de preguntas y cuestiones.

Son sólo unos ejemplos, pero la historia está llena de ellos. Desde el siglo XIII se conocen máquinas que imitan la figura y los movimientos del ser humano mediante mecanismos de relojería, capaces de suplir perfectamente la mayoría de los trabajos del hombre.

Estamos en pleno siglo XXI, estamos en la era de internet, la era de los ordenadores, la era de las máquinas... pero parece que en ciertas cosas estamos cada vez peor.

¡Con lo fácil que sería poner un autómata de esos en mi silla y que me mandaran el sueldo a casa...!

Para que luego digan que el mundo avanza.

... crucigramas.

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1156. Viernes, 4 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo primero: “Qué parecidos son los gritos del amor y los de los moribundos” (Malcolm Lowry, 1909-1957; novelista inglés)

El ratón marsupial pardo es famoso por dos hazañas: tiene el órgano genital más grande entre los mamíferos (el peso de sus testículos alcanza la cuarta parte del corporal) y por morir tras copular con cuanta ratona marsupiala parda se cuza en su camino durante unos días.

Técnicamente, la muerte es debida a una sobredosis de testosterona que daña fatalmente sus sistema inmunitario, pero para mi que el ratón marsupial pardo simplemente muere de gusto.

... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1160. Jueves, 10 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexagésimo: “Con tres copas de vino ya se puede elegir una doctrina”. (Proverbio chino).

Mi condición de agnóstico convencido unido a mi militancia convicta y confesa en el bando de los abstemios (ambas cosas por la gracia de Dios), no han podido con mi curiosidad: si durante la última cena Jesús pidió a sus Apóstoles que en recuerdo suyo siguieran reuniéndose a cenar periodicamente (cuando comiesen pan, comerían de su cuerpo, y cuando bebiesen vino, beberían de su sangre -la transubstanciación que llaman) ¿por qué entonces en las misas no dan vino?

Mi primera idea fue pensar con cierta lógica. Los curas, siempre sensibles a las necesidades de sus parroquianos, no habían querido hacerle la competencia –a todas luces desleal- a los bares del pueblo. A ver quien iba a pagarse unos chatos el domingo por la mañana pudiendo bebérselos gratis con tan solo acercarse a la misa de diez, repetir visita en la de once y tomarse el último en la de una.

Sin embargo la explicación es otra. Lo revela Charles Panati en “ Los orígenes sagrados de las cosas profundas: “En el siglo XVIII se prescindió de la copa comunal de vino en muchas iglesias. Y no por temor a la transmisión de enfermedades, dado que aún no existían conceptos como el de bacteria, sino porque los tejidos se estaban haciendo muy costosos y las manchas de vino eran imposibles de limpiar”.

Vamos, que si hubieran inventado el vip express algún siglo antes quizá ahora habría un poco más de paro en la hostelería, pero seguro que la mayoría de las iglesias estarían rebosantes de ansiosos fieles incapaces de perderse su comunión diaria. Y hasta de repetir la misma las veces que hiciera falta.

... mala leche.

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1159. Miércoles, 9 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo noveno: “El ejemplo más notorio de que la humanidad progresa es que cada año se necesita menos tiempo y más dinero para ir donde uno va”. (Lord Birkett, 1883-1962, abogado británico)

Según el Banco de España en su último informe sobre la economía española: “los datos apuntan a una desaceleración de la actividad durante los próximos meses en un entorno en el que se intensificarán las tensiones en los mercados financieros internacionales”.

Mañana del 8 de abril, después de varias semanas de tensas negociaciones con mi compañero doméstico habitual, accedo a una de sus más antiguas reivindicaciones. Una petición a la que siempre, y por razones obvias de edad, dignidad y gobierno, me había negando: el próximo verano las vacaciones serán en tren. Dice tener ya el destino elegido y que prefiere no contármelo. Conociendo su afición a todo lo que sea “dificultad”, “trabajo” y “esfuerzo” hasta cuando está ocioso, me entra el miedo. Dios se apiade de mí.

Los expertos son aún más contundentes: “la economía española está en plena desaceleración debido a la crisis crediticia, al desplome del sector inmobiliario, al alza de las materias primas –penaliza más a las economías menos productivas- y al cambio de ciclo de la economía mundial”.

Tarde del 8 de abril, agencia de viajes. Me entero del “famoso” destino. Dos reservas para el 27 de junio con salida en avión hacía Moscú, coger allí el Transiberiano e ir recorriendo durante casi veinte días distintas ciudades de Siberia, Mongolia y China hasta acabar en Pekín.

En España este año la inflación ni se frena ni se modera: sólo se retroalimenta, con efectos de segunda vuelta comunicados por los carburantes a la industria, los servicios y, en definitiva, a toda la cadena productiva. Las familias españolas no sólo no ahorraran sino que cada vez son más las que están teniendo dificultades para poder llegar a final de mes.

Después de teclear unas cuantas veces su ordenador la señorita de la agencia de viajes nos informa muy amablemente que sí, que vale, que con nosotros queda completado –y por lo tanto cerrado- el grupo que sale desde España. Es decir, que a día de hoy, con casi tres meses de anticipación, todas las plazas para este viaje –que yo pensaba, ingenuo de mí, iba a estar algo menos solicitado que reservar un apartamento en Gandia-, ya están cubiertas.

¿Crisis? ¿Crisis? ¡Ja!

1158. Martes, 8 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo octavo: “Aquí vendemos el calmante más antiguo del mundo” (Cartel colgado en el escaparate de una tienda de mecedoras).

Tenemos cinco dedos en cada mano. Y, aunque forzando la cosa, cada uno de ellos acaba entrando en los agujeros de nuestra nariz (quien más y quien menos está acostumbrado a meter cosas grandes en agujeros pequeños) sólo el meñique lo hace desahogadamente.

Teorías del por qué esto es así hay tantas como investigadores han sido capaces de perder su tiempo estudiando tan apasionante tema. Una de las que tiene más seguidores es la que afirma que el dedo meñique no ha crecido tanto como los demás porque si lo hiciera dejaría de cumplir la función para la cual está destinado: la higiene nasal.

Los defensores de esta hipótesis cuentan con un argumento de peso: la selección sexual favoreció a quienes tenían el dedo meñique con un calibre capaz de entrar sin dificultad en las fosas nasales. Según distintos estudios, las mujeres del Pleistoceno podrían haber preferido aparearse con los hombres de meñique pequeño ya que así ellos podían hurgarse las narices y mantenerlas más fácilmente limpias, algo que consideraban un detalle de buena salud a la hora de buscar al padre de sus hijos.

Ellas siempre eligiendo en función del tamaño. Luego dirán que no les importa. Ya.

... Dios, el ordenador.

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1157. Lunes, 7 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo séptimo: “La salud, lo mismo que la fortuna, retira sus favores a los que abusan de ella”. (Charles de Marguetel de Saint-Denis, seigneur de Saint-Évremond, 1610-1703 escritor francés)

Es lunes. Me duele la garganta. En principio nada grave... pero sólo en principio. Una de las peores consecuencias de la vejez es el afán que les entra a algunos órganos del cuerpo por adoptar acciones sindicales contra uno mismo. Y el empeño del resto de sus compañeros –que se conocen de toda la vida- de solidarizarse con ellos.

Por eso, ¿quién me asegura que semejante síntoma no es sino el principio de la rebelión del resto de sus colegas? Que, por ejemplo -y para apoyar la causa-, el riñón se ponga en plan solidario, le dé por sentirse una concha marina y decida que quiere criar una perla para obsequiarme con un cólico nefrítico de ahí te espero. Y no quiero ni pensar en corazones filosofando sobre lo aburrido del latir porque sí, o en hígados que presentan su dimisión y tiran la toalla hartos de metabolizar porquerías.

Ya sé que somos criaturas frágiles y que el engranaje falla cuando uno menos se lo espera, pero a estas alturas de la película, cualquier pequeño contratiempo puede desencadenar una tragedia.

Es lunes, me duele la garganta y no debería estar aquí. Pero me han despachado con un "eso no es nada". En casa del herrero cuchillo de palo. No acaban de entender la gran verdad que encierra a partir de ciertas edades el "mejor prevenir que curar". Egoistas. Luego dicen que pasan cosas.

... una obra maestra de ingeniería.

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1156. Viernes, 4 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo sexto: "Los peces de colores solo tienen 3 segundos de memoria, ¿lo sabías?, si tardan 3 segundos en rodear la pecera, todo es nuevo otra vez. Cada vez que 2 peces se ven es como la primera vez. Es como si fueran humanos. Como cuando nosotros nos enamoramos... Es como si fuera la primera vez... Una reacción química nos hace olvidar los recuerdos dolorosos de la ultima ruptura y decimos ¡Vaya! Esto es genial, es nuevo! Esto es diferente! (Sean Campion en "La memoria de los peces", 2003)

Pompeya, 12.000 habitantes, colonia de mediano tamaño de la antigua Roma, la cual, gracias su magnifica posición en el golfo de Nápoles y a las ricas tierras volcánicas que la rodeaban, disponía de una notable riqueza. Tenía, además y como pueblo avanzado que era, una importante vida cultural y social como dan fe la existencia en la misma de 35 lupanares, un número importante comparado, por ejemplo, con sus 32 panaderías, los nueve talleres de tintorería o sus 18 lavanderías.

¿El secreto del éxito?, la especialización. Las muy diversas preferencias que en cuestiones de sexo tenían los pompeyanos especializaron la oferta de tal forma que todos los pequeños negocios dedicados al tema podían vivir sin problemas. Cada uno ofrecía algo distinto a los demás. Podían tomar nota los pequeños comercios de ahora: en la especialización está la solución.

Destacaban las ofertas de prostitución femenina (la mayor parte de la putas -del latín putidos: "apestoso", "podrido"- eran griegas o se hacían pasar por ellas y debían llevar el pelo corto), algunas muy económicas, como las de prostitutas que ofrecían sus servicios en el extrarradio de la ciudad o en las vías romanas rodeadas de monumentos funerarios. En uno de ellos todavía se puede leer la inscripción "Felix felat as sibus I" -Felcia la chupa por un as-. Buen método. Una lista de precios clara siempre evita que el cliente pueda llevarse algún susto en la factura final.

Otras, más discreta se ofrecían por dos ases, pero indicando su "buenas maneras y su buen hacer". Algunas utilizaban nombres exóticos, y otras tenían un elevado caché, dando a entender que ofrecía un lujo y un refinamiento en consonancia con un servicio elitista y un trato más exquisito. Las más caras ofrecían incluso "conversación". Normal, si alguien quiere un servicio que incluya alguna extraña parafilia es lógico que pague más por él.

La prostitución homosexual también era abundante. En una sociedad como la romana en la que la homosexualidad gozaba de una tolerancia notable, no era nada raro. Está documentada por la publicidad que, en forma de pintadas, aparecía a la puerta de las casa en las que se ofrecían los servicios y que se han conservado gracias a la lava del Vesuvio. En una de ellas todavía se puede leer claramente: "Mentula V HS" -se ofrece verga por cinco sestercios-. A primera vista quizá un poco cara, pero si tenemos en cuenta que a la salida de la misma casa hay otra pintada -posiblemente realizada por algún cliente satisfecho- en la que se puede leer "Narcissus fellator maximus" pues.. Lo bueno siempre cuesta más.

Una ciudad para vivir. Por cierto, ¡qué poco han cambiado ciertas cosas a pesar de los muchos años que han pasado!. Hasta el lunes.

... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1155. Jueves, 3 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo quinto: “Cuando estoy entre locos, me hago el loco". (Diógenes de Sinope, 413-323 a.C.;filósofo griego de la escuela cínica )

Tras casi seis años escribiendo aquí cada mañana, no hará falta recordar del pie que cojea uno, no obstante, matizo: nunca he ejercido mi derecho al voto. Soy huérfano de partido político y se nota. Dicen que no debería abrir la boca sobre el resultado de las elecciones porque no he contribuido como ciudadano. Visto así resulta que soy un despojo de presunto votante y la gente me señala por la calle. Se lo noto en la mirada.

Pero por más que lo intento no le cojo yo el tranquillo a estas historias. Siempre me han molestado las cuadrículas y aquí, los amigos, se empeñan en llevarlas a rajatabla. A su interés. Invariablemente siempre hay dos bandos: el mío bueno, el tuyo malo. Reniego cada vez que me hablan de política y, sobre todo, de los políticos, unos señores metidos continuamente en tabernarias disputas –sólo de cara a la galería- que dicen hablar de ideales. Cómo si acaparar dinero al grito de ¡sé de nosotros danos tu voto! fuera algún ideal.

Yo les botaría pero así, con B



... hasta la muerte y más allá.

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1154. Miércoles, 2 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo cuarto: “Puritano: persona que jamás aceptará la idea de que la nacer ya se encontraba en la cama con una señora” (Proverbio macedonio)

¿Por qué se empeñan siempre en presentar a los recién nacidos como unos pequeños seres indefensos? Proporciónese a cualquiera de ellos un hogar propio y nos daremos cuenta de que es el ser menos indefenso de todos lo que habiten en la casa. Todo lo que necesitará para satisfacer sus caprichos es que se preocupen un poco de él. Si esto no ocurre, lanza un leve quejido, y si pasa del quejido a la rabieta, tendrá a toda la familia en vilo durante varios días.

No puede andar, ni hablar y tampoco alimentarse o bañarse por sus propios medios, pero hasta en eso tiene suerte. No puede andar, desde luego; pero sí, en cambio, permanecer echado en la cama todo el santo día, dando patadas al aire, algo que ya nos gustaría a muchos. Tampoco puede hablar, pero esto le evita contestara a tantas preguntas estúpidas que nos hacen a los demás cada día, discutir sobre política o fútbol o tener que aguantar por cortesía a cualquier pelmazo empeñado en contarle su vida. Y si tuviese que soportar esto último, siempre tendría la posibilidad de volverse de espaldas y dormirse, algo que ninguna persona, por muy educada que fuera, reprobaría.

No tiene que preocuparse de qué ropa se tiene que poner cada mañana o de qué es lo que va a comer. Nadie pondría ningún gesto raro si prefiriera estar desnudo y si no le gusta la comida que le dan puede, con toda confianza, escupirla, lanzarla, vomitarla o simplemente rechazarla sin importarle la persona que esté presente.

Al terminar de comer le está permitido eructar a todo pulmón, ganándose los aplausos de los que, apenas un par de años después, le recriminaran esa misma acción. Igual que le criticarán las formas y los modales que use para comer pero hasta entonces todos se quedarán embobados si decide comer de la forma que sea.

Si luego se convierte en un hombre guapo, rico, bueno o triunfador, no faltará quien lo envidie; pero si por el contrario fuera feo, pobre, miserable o fracasado, le darían todos de lado. Ahora, quizá por última vez en su vida, los poetas le lanzan sus elogios, las señoras mayores lo acarician, todos lo adoran y todos lo miman. Es, sea como sea, el blanco de todos los piropos.

Lejos de representar ese ser indefenso que nos venden, un recién nacido es el único ente que puede utilizar el mundo como una palanca para satisfacer todos sus deseos. Y el mundo tan contento. Por algo ocho de cada diez pediatras confiesan que si volvieran a nacer les gustaría ser un recién nacido para siempre.

... la hoguera de las vanidades.

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1153. Martes, 1 abril, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quincuagésimo tercero: "Las moscas no son molestas por su violencia, sino por su número" (Francisco de Sales, 1567-1622; obispo italiano y santo)

Primer día del mes. Poco tiempo para escribir. Pocas ganas de escribir.

La combinación de semejantes factores ha parido una de las pocas verdades absolutas que existen en el universo y sus alrededores. Una de esas verdades que han permanecido, permanecen y permanecerán inalterables por los siglos de los siglos:

Los años pasan, los culos caen.

Amen.

... el cuerpo humano.

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