Por eso, ¿quién me asegura que semejante síntoma no es sino el principio de la rebelión del resto de sus colegas? Que, por ejemplo -y para apoyar la causa-, el riñón se ponga en plan solidario, le dé por sentirse una concha marina y decida que quiere criar una perla para obsequiarme con un cólico nefrítico de ahí te espero. Y no quiero ni pensar en corazones filosofando sobre lo aburrido del latir porque sí, o en hígados que presentan su dimisión y tiran la toalla hartos de metabolizar porquerías.
Ya sé que somos criaturas frágiles y que el engranaje falla cuando uno menos se lo espera, pero a estas alturas de la película, cualquier pequeño contratiempo puede desencadenar una tragedia.
Es lunes, me duele la garganta y no debería estar aquí. Pero me han despachado con un "eso no es nada". En casa del herrero cuchillo de palo. No acaban de entender la gran verdad que encierra a partir de ciertas edades el "mejor prevenir que curar". Egoistas. Luego dicen que pasan cosas.
... una obra maestra de ingeniería.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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