1118. Jueves, 31 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimoctavo: "Soy testigo de escenas sangrientas" (Pintada en la puerta de un retrete de señoras)

Para la mayoría de los hombres (individuos de sexo masculino), ir a retretes ajenos es un asunto sencillo. Sin embargo, para las mujeres se trata de un misterioso y complejo ritual social. Mientras que para el 90 por ciento de los hombres la visita consiste en mear y (algunos) en lavarse las manos, las mujeres suelen ir más para maquillarse, peinarse y, sobre todo, hablar.
O eso pensaba yo.

Según las respuestas a una encuesta que ha hecho una conocida marca de papel de culo, la cosa no es tan sencilla:

- Un 8 por ciento de las mujeres entrevistadas admitió haber meado alguna vez
en el lavabo de un retrete público.

- Un 17 por ciento haberse quedado dormida.

- Un 53 por ciento haber vomitado.

- Un 2,5 por ciento haberse masturbado con el bote de laca.

- Un 4 por ciento haber disfrutado con un trío allí mismo.

- Un 25 por ciento haber proporcionado placer carnal a alguna pareja en
cualquiera de sus múltiples formas.

- Un 13 por ciento haberse pelado con la máquina de los preservativos que
suele haber.

Y eso en España que somos normalitos, que por ahí la cosa está más complicada. A pesar de lo que tienen encima los nigerianos, a miles de ellos, en este caso hombres y mujeres, les ha dado por ir en peregrinación al retrete de uno de sus paisanos, la señora Christiana Ejembi, y todo para poder ver el lugar donde a esta buena mujer se le ha aparecido la Virgen. Precisamente su retrete. Las visitas están siendo tantas que la señora Ejembi ha impuesto un estricto control de acceso y solo deja entrar tres personas a la vez.

... Hollywood.

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1117. Miércoles, 30 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimoséptimo: "El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta". (Noel Clarasó, 1899-1985; escritor español)

No lo digo yo, que podría sonar sospechoso dados mis antecedentes de furibundo fundamentalista antiesfuerzo inútil (léase gimnasias, deportes y torturas en general), sino gente mucho más principal. Y encima extranjera.

Según un estudio realizado por la Universidad de Virginia, hay que hacer 250.000 abdominales para quemar 500 gramos de grasa. O lo que es lo mismo: 100 abdominales al día durante siete años.

Además, tabletas de chocolate aparte, lo que no te cuentan es que los músculos que realmente se encargan de evitar el desparrame de la barriga no son sólo los músculos abdominales, sino unos que se encuentran un poco por debajo de ellos, los llamados transversales, que se pueden fortalecer de una forma mucho más sencilla: cada vez que estás cómodamente sentado en un retrete te dedicas a meter el ombligo lo máximo que puedas y lo mantienes así unos 20 segundos. Por supuesto, cuantas más veces repitas el ejercicio, mejor.

De todas formas comprendo que no nos cuenten las cosas como son. No me imagino yo a la mayoría de usuarios de esas salas de tortura con olor a linimento que llaman gimnasios, presumiendo de no poder quedar contigo hoy porque tienen que ir a sentarse en la taza de un retrete para hacer sus abdominales.

En fin. Ellos sabrán.

... planetas.

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1116. Martes, 29 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimosexto: "La vejez es un exceso que aumenta por días". (Enrique Jardiel Poncela, 1901-1952; escritor español)

Una de las señales inequívocas de mi entrada sin remedio en la edad talluda ha sido ver como un par de amigos de mi misma quinta han decidido cambiar su habitual footing dominguero por unas partidas semanales de golf.

A mí, hombre sedentario y sedante, un caballero de respetable edad corriendo al trote ya me parecía un espectáculo irresistiblemente penoso. Pero contemplar como los mismos pasean con un carrito, unos palos y algún cómplice por la verde pista entre dos hoyos del campo de golf me parece directamente una soberana gilipollez.

El juego es muy propio de la terquedad y la carencia de imaginación de los ingleses. Colocar una bolita artificial, bastante cara, sobre otra natural millones de veces mayor y obstinarse en golpear a la pequeña sin rozar a la grande es tarea, por lo visto, apasionante, aunque inútil.
¿Puede haber mayor señal de caducidad que tener la misma edad que un jugador de golf? Todo va encajando: soy viejo.

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1115. Lunes, 28 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimoquinto: "Demos tiempo al tiempo: para que el vaso rebose hay que llenarlo primero”. (Antonio Machado, 1875-1939; poeta español).

El tiempo siempre ha sido una realidad misteriosa. San Agustín escribía que si nadie le preguntaba qué era, sabía lo que era, pero que apenas intentaba una definición, fracasaba.

La mayoría de los pueblos primitivos jamás usaron el reloj. Se guiaban por el sol y el tiempo era la medida de lo que hacían. De ahí la calma tranquila, la atención en el cultivo de sus campos, la concentración en la pesca, el mimo en el pastoreo. Algunos antropólogos tocanarices (y con demasiado tiempo libre) interpretaban todo esto como ociosidad o vagancia. Era todo lo contrario: trabajo con los cinco sentidos, contemplación activa de la realidad. Por eso conocían cientos de plantas y sus propiedades; por eso tenían nombres para muchos tipos de vientos, de nubes, de lluvias.

Nosotros, en cambio, dedicamos una parte del tiempo a organizar el tiempo; otra parte a mirar el reloj; otra a quejarnos de la falta de tiempo; otra a perder el tiempo. Poco a poco se ha convertido el tiempo para hacer las cosas en algo más importante que las cosas que hay que hacer. El resultado, muchas veces, es que las cosas no se hacen, pero, eso sí, se mide cuidadosamente el tiempo empleado en no hacerlas.

Aprovechemos el lunes y retornemos a las tradiciones de nuestros antepasados, Alejémonos del agobio del reloj y tengamos un día laboralmente contemplativo. Siempre hay tiempo cuando se deja de decir que no hay tiempo.

... planetas.

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1114. Viernes, 25 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimocuarto: "Si sale, sale. Si no sale, hay que volver a empezar. Todo lo demás son fantasias" (Édouard Manet, 1832-1883; pintor francés)

Tiempo estimado de realización: entre 20 y 25 minutos.

Ingredientes: una toalla de baño previamente calentada en un radiador, una toalla de manos para aplicar un fomento (que haremos con una cucharadita de miel ligeramente templada y una gota esencial de canela bien mezclados), un recipiente con un litro o litro y medio de agua que esté muy caliente (entre 45-50 º C), un aceite de masaje ya preparado (con una cucharadita de aceite de almendras, otra de nueces, dos gotas de aceite esencial de lavanda silvestre y otras dos de esencia de mejorana silvestre, también en aceite), un lugar donde estar cómodo y una pareja al gusto.

Instrucciones: colocar al protagonista boca abajo y desnudo. Cubrir su espalda con la toalla caliente y, colocándonos de lado, apoyar nuestras manos con suavidad: una entre los dos omóplatos, y la otra en la región sacra. Durante un minuto balancear suavemente el cuerpo como si meciéramos una cuna. Retirar la toalla y repartir el aceite con una fricción suave por toda su espalda y hasta los glúteos. Apoyar las manos en la región lumbar, a izquierda y derecha de la columna vertebral, apuntando en dirección de la cabeza y friccionar con ambas en paralelo a lo largo de la espina dorsal, hasta los hombros. Mantener las palmas planas y apoyarse con todo el cuerpo en ellas.

Cuando se llegue a los hombros, abrir las manos para friccionar la base de los músculos de la nuca e iniciar el descenso a los lados de la caja torácica, hacia la cadera. No hay que ejercer mucha presión, bastará con una suave caricia. Una vez llegado a la región sacra, unir de nuevo las manos y reemprender la fricción ascendente hasta describir un círculo. Repetirlo nueve veces.

Tomar los tejidos laterales con toda la mano y amasar con suavidad, de forma persistente y continua, empezando por la región lumbar y llegando hasta las axilas. Pasar al otro lado y repetir la operación.

Seguidamente, apoyar las palmas de las manos en los omóplatos y, sirviéndose de la muñeca, efectuar sobre ellos y sobre el área circundante unos cuantos movimientos de rotación. Buscar la zona que está debajo del omóplato derecho, (el lugar donde se acumulan las tensiones) y colocar la mano derecha e izquierda sobre ella presionando con fuerza. Una vez que los músculos están relajados, acariciar toda la piel de la espalda y brazos con sentimiento y deseo durante el tiempo que se considere necesario.

Sin dejar de atender a las caricias, echar la mezcla de miel y aceite de canela en el agua caliente. Remover. Introducir la toalla de mano. Escurrirla y formar con ella un rollo alargado. Colocar el rollo en la parte baja de la columna vertebral del masajeado y cubrirlo con la toalla grande.

Dice la sabiduría india que en ese punto reside la excitación y el orgasmo y que, calentándolo se favorece su liberación. Los hindúes sostienen que allí está la cabeza de la Kundalini, que es la serpiente o chacra del sexo, y que el calor la despierta. Pues será. Pero a ver quien es el guapo que después de hacer -o que le hagan- semejantes maniobras no se encuentra ya al borde de la combustión espontánea. Por muy agnóstico que uno sea.

Habrá que probarlo. Hasta el lunes.

... ... más "historias extra-ordinarias" todo el fin de semana.

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1113. Jueves, 24 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo decimotercero: "La más larga caminata comienza siempre por un paso (proverbio hindú)

Así como los pies tienden a permanecer unidos toda la vida, los calcetines son propensos a separase. Pocos serán los que permanezcan juntos más allá del tercer lavado. Hoy, en peluche práctico, conscientes de la situación por la que pasa el planeta, algunas ideas para reutilizar el calcetín que se ha quedado con nosotros.

Premiemos su fidelidad haciendo que se sienta útil.

Como cinta para el pelo, como pasamontañas, como collar de perro, como calentador a la hora del aerobic, como tapón de bañera, como trapo de cocina, como preservativo de emergencia (cuidado, sólo función decorativa-engañabobos), como ambientador (recubriendo con él una bombilla encendida se potencia el aroma que ya pudiera contener de una forma considerable), como guante, como aislante (colocándolo en las rendijas de las puertas evita que se meta el frío), como colador de tela (conviene que no esté recién lavado, puede mejorar el líquido a colar), como antinflamatorio (colocándolo con varios cubitos en el congelador sustituye perfectamente a la bolsa de guisantes ante una emergencia), como recipiente para guardar ajos y cebollas (al fin y al cabo ya están acostumbrados a olores fuertes), como bolas antiestrés (rellenándolos de arroz o semillas) como marioneta, como pelota para distintos tipos de deporte, como papel de culo de emergencia, como envoltorio de un regalo...

...las posibilidades son ilimitadas.

¡Ah! sí, claro, y como elemento erótico también. Pero me están ocurriendo tantas cosas para las que podría servir un calcetín en los momentos coitales que mejor lo dejo aquí no sea que tengamos algún disgusto. Y ya nos tienen censurados en demasiados sitios.

... montañas rusas.

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1112. Miércoles, 23 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo duodécimo: "Apresurate despacio" (Octavio Augusto, 63 aC-14; emperador romano)

Hay dos frases estrellas que parecen ir incluidas obligatoriamente dentro de mi mísero sueldo laboral.

Una, cada vez más en desuso aunque todavía tiene sus entusiastas, es el famoso "usted no sabe con quien está hablando" pronunciada por quien, hasta que le has negado alguna de sus descabelladas pretensiones, resultaba ser el más ferviente de tus admiradores.

La otra, mucho más de moda que para eso hay ahora tantos canales de televisión, se suele producir en las mismas circunstancias que la anterior: te piden algo, tú se lo niegas y toda la amabilidad mantenida hasta ese momento se transforma en rotundo: "pues te voy a meter una reclamación que te vas a cagar" Una frase que adquiere todo su sentido cuando es pronunciaba por quien minutos antes te acaba de relatar (con todo lujo de detalles) sus dificultades de transito intestinal, sin darse cuenta que él mismo posee la solución a su problema evacuatorio.

Lo de las reclamaciones a tus instancias superiores, amenazas unas, reales otras y con muy mala leche (casi) todas, parecen venir de serie con algunas personas. Hace poco publicaban los periódicos la resolución de la historia de un incidente doméstico en el que la invitada a cenar a casa de unos amigos resbaló con un juguete que había en el pasillo; como consecuencia, habían estado diez años de pleitos con una reclamación económica de 25.000 euros. La decisión del Supremo fue clara: "una desgracia no siempre tiene un culpable". Por esta vez, la ley aplicó el sentido común y reconoció que no todos los comportamientos y sucesos de nuestra vida puedan ser fiscalizados y juzgados los hechos. Propongo declarar culpable, de oficio, al que denuncie tonterías.

... cruzadas infantiles.

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1111. Martes, 22 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo undécimo: "Nada tan peligroso como ser demasiado moderno. Corre uno el riesgo de quedarse súbitamente anticuado" (Oscar Wilde, 1854-1900; escritor irlandés)

Si echo primero el aceite siempre hay un listillo que a grito pelado suelta "Noooo, ¿pero qué haces?, así no es, primero se echa el vinagre"..

Si echo la sal al final, siempre hay otro que presa de un ataque de histeria grita: "¿Pero estás tonto.. si la sal es lo primero que se pone".

Y qué más dará, digo yo, si luego se revuelve todo.


... estética quitabarrigas.

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1110. Lunes, 21 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo décimo: "No se deberían poner caras largas, por lo menos para no tener más superficie que afeitar" (Fernand Désiré Contandin -Fernandel- 1903-1971 cómico francés)

Este blog, instalado cómodamente en una burbuja de intranscendencia absoluta, suele ser poco dado a hablar de política y de los políticos. Ni me interesa ni me los creo.

Pero hay veces que por más filtros que pongas no puede escapar de ellos (imposible en época de elecciones) y es en esos momentos cuando te das cuenta que es verdad, que son una raza aparte, que viven en otra galaxia. No sólo no saben lo que cuesta un café o lo que va a subir la hipoteca el mes que viene, sino que sus preocupaciones cotidianas son dignas de una republica bananera en fase de asentamiento empeñados, como están, en dedicar la mayor parte de su tiempo a crear problemas que nos traen sin cuidado a la mayoría de nosotros.

Yo suponía que cualquier país, nación, estado (o como cada uno quiera/ledelaralagana llamarlo) avanzado y moderno debe poner todos sus esfuerzos en construir su futuro. La culpa es mía por suponer semejante barbaridad. Parece que es bastante más importante centrarse en la estupidez de ponerle una letra a un himno que procurar una mejora salarial para esos que no llegan a mileuristas, o gastar las energías en el "orgullo" (entre comillas) nacional/nacionalista que puede desprender un trapito de colores antes que preocuparse en liberar suelo para ver si así se produce el milagro y baja un poco el precio de los pisos.

Luego dirán que la gente (ahora llamada ciudadanía) pasa de esta caravana circense. Lo raro es que todavía haya tantos que se todavía entretengan con ella.

... pilinguis.

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1109. Viernes, 18 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo noveno: "Es empresa vana tratar de ridiculizar a un necio rico: las carcajadas están de su parte". (Jean de La Bruyère 1645-1696; escritor francés)

Siempre me he preguntado por qué si el pez grande se come al chico, son precisamente los peces pequeños los que tienen colores más llamativos. Una gilipollez, lo sé, pero cavilaba yo que si lo de la selección natural es como lo pintan, se deberían de haber beneficiado mucho más de su discreción los peces menos vistosos que aquellos otros a los que, por su aspecto, les podían haber dado el primer premio en un desfile de carnaval.

Pues todo tiene su explicación y, ¡oh casualidad! resulta que la culpa es ¡oh sorpresa! de la parte femenina del asunto.

Muy resumido: los peces machos hacen lo que hacen, se arriesgan a lo que se arriesgan y son capaces de poner en peligro su vida por un/el único motivo. Sí, por ese.

Y no ya sólo porque las hembras preferirán aparearse con los peces más vistosos (no es cuestión de "belleza", más bien de que los más coloreados, al haber sobrevivido a pesar de tenerlo más difícil, demuestran muy buena salud y excelentes condiciones físicas) sino porque ellas los prefieren valientes. Algo que lleva a los machos a arriesgar si vida cuando, en época de apareamiento y sólo si hay alguna hembra presente, se acercan todo lo que pueden a sus depredadores. El objetivo no es otro que el de impresionar a su posible pareja y demostrarle que se está en buena forma para escapar de un ataque enemigo.

Así, arriesgando su vida por "amor".

Tiran más dos aletas que dos carretas. Hasta el lunes pues.

... más historias "extra-ordinarias" cada día.

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1108. Jueves, 17 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo octavo: "Casi todos los hombres que valen mucho son de maneras sencillas, y casi siempre las maneras sencillas son tomadas por indicio de poco valor" (Giacomo Leopardi 1798-1837; poeta italiano)

Apenas estamos comenzando el año y las revistas ya se han empezado a llenar de páginas con palmeras, cocoteros y bañadores al grito de haga su reserva ahora y no pague hasta diciembre. Y así estarán hasta que la hoja en color del catálogo a Cancún sea derrotado por el anuncio de alguna nueva variedad de turrón, un turrón que no te sabrá a nada si antes no vuelves a casa por navidad con la cara de los domingos y el matasuegras en la boca. Y vuelta a empezar el ciclo.

Abrir un periódico, una revista o cualquier suplemento, se está convirtiendo en un insulto para los solitarios como ya lo era para los feos. El verano, como las navidades, son temporadas nefastas para los tristes, para los insociables, para los abandonados. No sólo el mundo parece haber decidido divertirse al mandato de los números del calendario sino que, además, se empeñan en restregárnoslo como una verdad universal que todos tenemos la obligación de sentir y practicar.

Me gusta el frío, me gusta el invierno y, por aquello de no parecer un elemento subversivo que sólo quiere llamar la atención llevando la contraria al gusto dominante, tengo que confesar que también me gusta el verano. Aunque sólo sea en casos muy concretos. Pocos finales se me ocurren más agradables que morirse en la vejez durante una siesta de estío. Por ejemplo.

... decoración nazi.

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1107. Miércoles, 16 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo séptimo: "Sólo avanzada ya mi vida me di cuanta de cuán fácil es decir "no lo sé" (William Somerset Maugham, 1874 -1965; novelista, dramaturgo y escritor de cuentos británico)

Después de leer este párrafo,

... llevo un buen rato preguntándome si el que no existan noticias de nadie que haya sido ni tan siquiera acusado de delito semejante puede ser debido a que alguien se tomó la molestia de derogar la ley o que, tal y como están los tiempos, ya hace algunos cientos de años que nadie es capaz de incumplirla. Por mucho que se lo proponga.

La especie humana se debilita, evidentemente.

... serpientes multiculturales.

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1106. Martes, 15 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo sexto: "Adopta el paso de la naturaleza: su secreto es la paciencia" (Ralph W. Emerson, 1803-1882; escritor estadounidense)

Hay una planta trepadora, la enredadera de la Pasión, cuyas hojas son una verdadera exquisitez gastronómica para ciertas mariposas. Bueno, exactamente para las mariposas no, más bien para las orugas que más tarde se convertirán en mariposas. Para defenderse de bichitos tan glotones la enredadera sintetiza un veneno natural, una especie de ácido cianhídrico, que evita que los insaciables gusanos acaben con sus hojas. Con el tiempo han aprendido que si las comen mueren y, por la cuenta que les tiene, no prueban bocado.

Pero hete aquí que una subespecie de mariposa, la Heliconius, algo más lista que las demás, se ha hecho resistente contra ese veneno, de modo y manera que la muy ladina pone sus huevos en la enredadera sabiendo así que a sus hijas orugas no sólo no les va a faltar comida para pegarse los atracones que quieran en cuanto salgan de los huevos sino que, además, ninguna otra oruga que no sea de la familia les hará la competencia.

Claro que tampoco la planta de la Pasión se ha quedado con las hojas cruzadas ante la escaramuza de la Heliconius, ¡faltaría! y se ha buscado una sutil forma de contraataque. Resulta que las orugas Heliconius, como muchas otras orugas, son carnívoras y además de engullir las hojas de la planta, se tragan todo lo que se les ponga por delante, incluidas otras orugas más pequeñas. Para evitar estos problemas, las madres mariposas ponen los huevos lo más aislados posibles, de uno en uno y siempre separados por el suficiente espacio para que la primera oruga que aparezca no devore a las que empiezan a nacer después. Y es precisamente esa condición la que aprovecha la planta de la Pasión para defenderse realizando una verdadera obra maestra de falsificación natural: llena sus propios tallos de diminutas protuberancias de color amarillo y punta traslúcida en una copia perfecta de los huevos que pondría la mariposa. Así, cuando la Heliconia se encuentra que todo el espacio de la planta está ya ocupado por los huevos de otra de sus congéneres, se marcha rapidamente a buscar enredaderas más despejadas.

La historia podría quedarse en un bonito y hasta enternecedor cuento sobre los desvelos de las plantitas y los bichitos para sobrevivir, pero como ayer cuando estaba leyendo la historia debía de tener el momento metafísico de la tarde (por algo tenía de fondo en la televisión a a Bob Esponja), acabe pensando en por qué si la naturaleza se toma tanto trabajo en diseñar estrategias de supervivencia en una simple planta, se ha olvidado de hacerlo en los que tan pomposamente nos definimos como hombres pensantes. Si un maldito vegetal es capaz de organizarse la vida tan ricamente (y tanto la mariposa como la enredadera parecen saber a la perfección lo que les conviene) ¿por qué nosotros, supuestos reyes de la creación, nos montamos tan rematadamente mal nuestra existencia?

Al menos saqué una cosa clara: somos bastante más tontos que un simple hierbajo trepador.

... cremalleras.

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1105. Lunes 14 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo quinto: "Las personas más felices parecen ser aquellas que no tienen motivo especial para serlo, salvo que lo son" (William Ralph Inge, 1860-1954, escritor inglés)

La mermelada, un detalle que puso a la venta la casa Duerr & Son para celebrar sus 125 años, está hecha de naranjas amargas de Sevilla marinadas en champán Pol Roger Cuvée y whisky de malta Dalmore de 47.400 euros la botella, y espolvoreada con pan de oro.

7.500 euros la jarrita.

El café, alabado por todos los gourmets por su sabor, (con toques de chocolate y caramelo) y su inconfundible aroma, es Kopi Luwak, un café en el que cada uno de sus granos ha sido ingerido y defecado por civetas de Sumatra, que los fermentan en el estómago y les aportan ese "toque especial"

40 euros la taza.

Para las tostadas ya no me llega pero al resto del desayuno hoy invito yo.


1104. Viernes, 11 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo cuarto: "Cuanto más engorda uno, más prudente se vuuelve. Prudencia y barriga son dos cosas que crecen simultaneamente" (Charles Dickens,1812 - 1870; novelista inglés).

Ya sé que la tradición manda que los viernes toca (hablar de) sexo. Pero cualquier costumbre puede ser alterada si existe una buena causa. Hoy, y en peluche práctico: "sepa todo lo que le va a pasar durante sius tres próximas reencarnaciones con sólo una baraja de poker" o " A Dios pongo por testigo que nunca más volveré a no comprar un número de la lotería sin saber antes cula será el que toque".

Es muy simple. Se coge cualquier baraja de poker que esté completa, se baraja cuantas veces se estime necesario y se extraen cuatro. Sólo cuatro. No importa si están al derecho o al revés aunque sí será importante el orden en el que se extraigan: la primera carta se referirá a la consulta que ha motivado la tirada, la segunda tiene que ver con el pasado, la tercera con el presente y la última con el futuro.



¿Alguien puede creer que es más importante saber el futuro de antemano que perder el tiempo coitando?

¡Ah bueno por eso! Hasta el lunes pues.

... más historias "extra-ordinarias" cada día.

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1103. Jueves, 10 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo tercero: "No me gusta el término "ama de casa". Prefiero que me llamen "diosa doméstica"... es más descriptivo." (Roseanne Barr, 1952; actriz estadounidense)

El señor M.A. era un eminente músico que había acudido a la consulta de un neurólogo porque tenía problemas para identificar las cosas de su entorno. Ya en alguna ocasión le habían sorprendido dando palmaditas en la parte superior de las bocas de incendios creyéndolas cabecitas de niños o iniciando una conversación con el picaporte de una puerta.

Tras la revisión, el señor M.A. salió de la consulta. De repente, se detuvo en seco, rodeó el coche y se dirigió al asiento que ocupaba su mujer, la agarró del cuello de la camisa y por las orejas e intentó ponérsela en la cabeza.

Se trata de un hecho real comentado por el famoso neurólogo Oliver Sacks. En este caso concreto, el señor M.A. padecía una pérdida cognitiva aguda: su cerebro era capaz de ver, oír, sentir y escuchar perfectamente, pero no podía emitir juicios personales. Así, metía a su mujer en la misma categoría conceptual que un paraguas o un sombrero.

El problema es la cantidad de hombres empeñados en tratar a las mujeres como el señor M.A. a la suya. Aunque con una sutil diferencia: en vez de padecer perdidas cognitivas agudas, lo que padece es una soberana gilipollez crónica. Entre otras muchas cosas.

... verdugos.

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1102. Miércoles, 9 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo segundo: "Dejemos las conclusiones para los idiotas". (Pío Baroja, 1872-1956; escritor español)

Estoy intentando tomar medidas de ahorro ante la crisis que (dicen) se nos viene encima. La primera medida ya está tomada: en vista de que para salir, aunque sólo sea una noche al lustro, empieza a ser necesario pedirle un crédito a los señores de cofidis (eldinerodirecto) he decidido quedarme más en casa y aprovechar las oportunidades gratuitas que me ofrece el hogar dulce hogar.

Es cuestión de investigar. He empezado a sacarle partido a los electrodomésticos. Descartada la televisión (soy normal y nunca he entendido por qué a la mayoría de la gente le preocupa tanto la vida sexual de los demás) me estoy aficionado a la lavadora. Pongo el programa rápido, me siento delante de ella y disfruto viendo pasar los trapos de cocina mezclados con los calcetines de colores. Me dejo llevar. Incluso sabes cuando va a haber un intermedio. Yo siempre aprovecho en el que hay antes de la centrifugación para ir a mear. Tiene la duración justa.

Y esto es sólo el principio. En estudio tengo el reto de acompañar los prelavados con el sonido de los gorgoteos de la cafetera. Las posibilidades son infinitas.

Aunque algunos no lo entiendan, no hacer nada no es sinónimo de aburrimiento. Si acaso el aburrimiento llega cuando haces algo que malditas las ganas que tienes de hacerlo. Me gusta la vida contemplativa. Me gusta no hacer nada.

... de gota a gota.

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1101. Martes, 8 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo primero: "¿Cómo es que, siendo tan inteligentes los niños, son tan estúpidos la mayor parte de los hombres? Debe ser fruto de la educación". (Alejandro Dumas, 1803-1870; escritor francés)

Hay quienes piensan que las puertas más que para entrar y salir, están colocadas en los sitios en los que están colocadas para que ellos demuestren sus buenos modales.

Y ya no hablo de esa costumbre que tienen de, en cuanto ven alguna, abalanzarse como unos posesos sobre ella para abrírtela, que también (¡tengo manos!) sino de ese empeño que ponen en quedarse aguantándola hasta que llegas a ella. Aunque estés a varios kilómetros de distancia.

No me gusta que me abran la puerta, ni mucho menos que la mantengan abierta con la coartada de que ya estoy llegando. No me gusta que la gente se crea que sus buenos modales tienen que ser verdades absolutas compartidas por el resto y, sobre todo, no me gusta tener que elegir entre ser un hipócrita dándole las gracias por hacer algo que me molesta soberanamente o ser un maleducado por callarme y no reconocerles lo que ellos consideran un detalle que tenemos que agradecerles.

Encima.

... polígonos de 56.645 lados .

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1100. Viernes, 4 enero, 2008

Capítulo Milésimo centésimo: "El eructo es un pedo que te vio cara de culo". (Juan Pablo T. 34 años, poeta conceptual)

Desde muy pequeñita la Marquesa de Sevigné había sido una acérrima defensora del chocolate, producto que ella misma devoraba sin control en cualquiera de sus formas. Pero un mal jueves de mayo de 1671 a la pobre marquesa se le fue la mano y por su glotonería, sufrió un empacho del que tardó casi una semana en recuperarse.

Por culpa de aquel "incidente", la desdichada señora pasó de ser la gran defensora del chocolate, a considerarlo como el causante de casi todos los males de la humanidad. Su teoría sobre lo prejudicial del susodicho manjar se vio confirmada cuando su gran amiga, la Marquesa de Coetlogon se quedó embarazada y la muy inconsciente, a pesar de su estado y de las recomendaciones de su amiga para que dejara de beber aquel producto del diablo, lo continuo consumiendo.

El resultado lo cuenta la propia Marquesa de Sevigné unos cuantos meses después:
".. por su soberana inconsciencia y por hacer caso omiso a mis buenos consejos, tomó tanto chocolate cuando estaba en cinta, que dio a luz a un niño negro".

Era la prueba que demostraba, de una vez por todas, como aquel brebaje amargo traído de otros mundos y al que empezaron llamando xocoatl, no era más que un producto del diablo.

Por más que en la corte se murmurara que, precisamente, el año anterior a ese nacimiento, a la Marquesa de Coetlogon le llevaba cada día el chocolate un guapo y cariñoso esclavo africano.

Buenos Reyes y hasta el martes.


... más historias "extra-ordinarias" todos los días.

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1099. Jueves, 3 enero, 2008

Capítulo Milésimo nonagésimo noveno: "... phone... home..." (E.T. en E.T.)

Tengo yo cierta obsesión por la suavidad del papel del culo. Al fin y al cabo es lógico, uno todavía tiene demasiados recuerdos de aquellos rollos de "El Elefante" que te lo dejaban como si hubiera pasado una barba de tres días.

Y hablo con conocimiento de causa.

Bueno, pues una cosa es que el papel para esos menesteres sea lo más suave posible -la importancia de la zona bien lo merece- y otra muy distinta el nuevo invento de sustituir el familiar limpiaculo de toda la vida por toallitas húmedas.

Y lo peor de todo es que no sólo se han quedado ahí. Por si no tuviéramos bastante aguantando el anuncio de unos niños cantando a grito pelado "..siempre con Kandoo... puedes hacerlo... Limpio con Kandoo... qué fácil eeeeessss... channnn" y que más que ir al retrete parece que se acaban de meter un chute de centraminas (ayyyyy pero por qué las quitaron con lo buenas que eran!!!) ahora van y sacan unas mentoladas para que, con una sola pasada, el culo te huela a menta el resto del día, algo que, evidentemente no consigue uno ni atiborrándose a caramelos pictolin extrafuerte.

Y no digo yo que estas toallitas no tengan utilidad en determinados y muy concretos momentos, -Clinton por ejemplo se hubiera ahorrado más de un disgusto de tenerlas-, pero no acabo yo de ver muy claro eso del "frescor de menta". Y no sólo porque la gente no suela ir oliéndole el culo a los demás, con lo que se hace innecesario perfumárselo habitualmente, sino, y sobre todo, porque cualquiera que en algún momento de su vida haya puesto en contacto una simple mucosa de su cuerpo con algo que contenga menta -con vaselina mentolada por ejemplo-, no le vuelven a quedar ni las más mínimas ganas de repetir semejante experiencia diabólica.

Y hablo -otra vez- con conocimiento de causa.


1098. Miércoles, 2 enero, 2008

Capítulo Milésimo nonagésimo octavo: "Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen". (Francisco de Quevedo y Villegas, 1580-1645; escritor español)

Alguien -a quien no conozco de nada- parece que se me ha adelantado y ha pensado lo mismito que yo.


He vuelto, en contra de mi voluntad, pero he vuelto.

... historias "extra-ordinarias" cada día.

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