Hoy, en peluche práctico, una idea para evitar -en la medida de lo posible- que esos ruidos evacuatorios, (que tan a gusto nos dejan y a los que no queremos ni debemos renunciar durante el horario laboral) puedan ser escuchados por compañeros fisgones.
Muy simple, cogemos el rollo de papel del culo haciendo una bola (con el papel no con el rollo) del tamaño que uno pueda prever (según necesidad y experiencia pero teniendo siempre en cuenta que el papel lo paga el centro de trabajo... por lo que conviene no ser rácanos) y la colocaremos en el fondo, con el fin de que, cuando caiga el monigote lo haga sobre blandito, amortiguando la caída y evitando así los incómodos ruidos.
Ah, y un valor añadido: de paso evitaremos que al caer nos acabe salpicando... que hay veces que... en fin.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario