Una de las mayores ventajas de ser hombre, al menos fisiológicamente hablando, es que podemos mear de pie. Sí, puede parecer una bobada, pero es algo realmente práctico porque, aunque requiere cierto entrenamiento en cuanto a la precisión del chorro y eso, una vez que lo dominas (más o menos) las ventajas son innegables.
Pues aun así, y siendo la gran ventaja que es respecto a tener que andar poniéndose en cuclillas cada vez que te entran las ganas, (casi) todos los tíos cambiaríamos semejante mejoría por otra que a ellas, en cambio, les viene de serie: ser multiorgásmicos. Y es que entre tener que mear sentados o tener quince orgasmos seguidos cada vez que uno se pone a la tarea… no hay color.
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