Lo más sangrante, y en este caso hay que reconocer que la palabra "sangrante" viene como anillo al dedo, es que, posiblemente, al que ha escrito semejante reseña le habrán pagado por hacerlo. Aunque tampoco me parece mal, hay que reconocer que los estudios necesarios para llegar a tan científicas conclusiones tiene que haber sido como mínimo, duros.
Malo si lo ha escrito desde una experiencia personal. Habrá encontrado el remedio sí, y hasta estará demostrando una solidaridad infinita queriéndolo compartir con nosotros, también, pero antes el pobre hombre las tiene que haber pasado canutas. Y en silencio.
Y malo si al descubrimiento ha llegado realizando el habitual trabajo de campo. ¿Escogería culos al azar para ponerles cartulinas azules? ¿Cómo sabía que los elegidos las tenían si la mayoría las sufren en silencio? ¿De qué color serían las cartulinas control? ¿Experimentó antes en animales o lo hizo ya directamente en la consulta del proctólogo? ¿Se curan antes con azul cielo o con azul cobalto? ¿Por qué esa costumbre de esterilizar las agujas cuando administran una inyección letal? ¿Por qué si nadar es tan bueno para la figura, las ballenas están tan gordas?
Demasiadas dudas. Y todo para tan poca cosa. No me imagino yo a nadie con almorranas (ya he dicho muchas veces que uno es de provincias y lo de hemorroides quedaba para el veterinario), poniendo su culo directamente sobre una silla de color azul para curarse (y luego tener que pagar por ello). Claro que a lo mejor el tratamiento se refería a pintárselo -el culo de azul digo-; o a lo mejor simplemente se refería a pintar de ese color la taza del retrete; o a lo mejor....
No sé, pero con tantos frentes abiertos el tema se está haciendo por momentos más y más apasionante. Leer revistas, aunque sean tan prestigiosas, es lo que tiene, te hace plantearte un montón de cosas que nunca pensaste que podían ser importantes.
... el inventor de los inventos
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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