Capítulo tresmilésimo septingentésimo vigésimo octavo: “Un día me voy a perder yo, a ver qué cara ponen las llaves”.
En la puerta de un museo / una o dos horas pasaba / en perenne jubileo / Anacleto cada día / meditando en su teoría / sobre lo bello y lo feo. / Más, por más que meditaba / nunca Anacleto lograba / sacarle filosofía. / Estaba el pobre Anacleto / recogido y recoleto / contemplando con ternura / la momia de un esqueleto / cuando viendo su figura / en su inconsciencia decía… / si así se queda en su día / lo que ayer fue una hermosura / ¡cómo quedará / saber deseo / cuando se muera un feo!
Ni viejapos, ni viefeos, ni fofisanos, ni chorradas semejantes… los que creamos tendencia y triunfamos de verdad somos los feapos... feos, sí, pero guapos.
Nuevanormalidad en estado puro
... mocos.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario