En mi libro "Quita, coño, que ya lo hago yo, que no tienes ni puta idea" trato sobre las estrategias y ventajas del trabajo equipo. Una de sus primeras lecciones trata sobre cómo establecer las pautas adecuadas para que el listo de turno (siempre hay un listo de turno) haga tu trabajo.
Y no se trata de escaquearse, que no es eso, pero los vagos -que los lunes además de ser vagos estamos en modo ahorro de energía- tenemos que tener los mecanismos suficientes para protegernos de aquellos que, empeñados en no querer aceptar unas características propias que venían de serie, intentan destruir nuestra personalidad.
Que mucho decir, pero tan vago tan vago no seré cuando soy capaz de darle una vuelta al sol por lo menos una vez al año.
... Tristan e Isolda.
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