Capítulo tresmilésimo septingentésimo vigésimo tercero: “- ¿Puedo fumar? - Claro. - Vale. Uno maf uno, dof. Dof maf dof, cuatro. Tref maf tref, feif”.
Hay que chuparlo para mojarlo. Hay que empujarlo para meterlo, hay que lamerlo para ponerlo firme.
Y a veces ni con esas se cumple el objetivo.
Y es que, a partir de ciertas edades, lo que antes no tenías ningún problema en conseguirlo y hacer que funcionara, se te pone muy cuesta arriba. Y ya si es negro, ni te cuento.
!Con lo bien que lo hacía antes y lo que me cuesta ahora meter un hilo por el agujerito de la aguja!
... besos.
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