Capítulo tres milésimo sexcentésimo cuadragésimo: “Cuento y camelo, mucho hay y poco vemos". (Refrán castellano).
Pase que la abuela tuviera su viviendahabitual en sitio tan raro. Al fin y al cabo no había ciudades normales (ni tan siquiera esa cosa tan extraña que llaman "urbanizaciones"), por lo que parece lógico que la gente viviera en el bosque.
Pase que a la tal Caperucita no se le conociera más ocupación (aparte de esperar marido) que la de llevarle a su abuelita la comida (rollo telepizza pero sin moto). Y hasta pase que la tal abuelita viviera a tomarporculo de su familia, por más que nos han vendido que antes nadie abandonaba a sus ancianos y todos vivían arropados y juntos en la misma casa.
Pero vamos a ver, ¿qué padres normales le ponen a su hija de nombre Caperucita Roja? Ana, Raquel, incluso Rebeca (por más nombre de chaqueta que tenga) es medio normal, ¿pero, Caperucita Roja? Igual que si a uno van y le ponen pantalón verde o sudadera azul.
Que no la querían sus padres, !hombre ya!, que no la querían. Y no se yo si eso es buena moraleja para un cuento infantil.
... naturaleza agresiva.
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