Siempre he pensado que en esta vida hay dos tipos de cosas: las que importan y las que no. Las que no nos importan ni las vemos ni sabemos de ellas y, aunque estén cerca, ni las notamos. El problema es que, a veces para no sufrir, nos engañamos y decimos que hay cosas que no nos importan cuando sí lo hacen. Entonces lo mejor es reconocer que lo que nos importa, importa. Aunque por otra parte habría que pensar si realmente eso que nos importa, aunque digamos que no nos importa, es tan importante, o simplemente lo estamos haciendo más importante de lo que debería ser.
Cuando surgen estas dudas existenciales lo mejor es mirarse fijamente al espejo y decir a todo pulmón "!guapo!" tres veces. Uno no conseguirá serlo, pero si lo hacemos con la entonación adecuada nos saldrá un pasodoble de puta madre.
... alcohol y sed.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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