No hace falta que sea el cumpleaños de nadie, basta simplemente con tener ganas y alguien con quien hacerlo. Se trata de soplar suavemente sobre distintas zonas del cuerpo ajeno: nuca, cuello, pezones, en la puntita, alrededor del ojal... La imaginación al poder.
Conviene hacerlo a velocidades diferentes según las zonas y con calma, mucha calma. Que la aceleración ya irá llegando poco a poco.
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