Durante la cópula la hembra de la mantis religiosa se come la cabeza del macho. Hasta ahí bien. Pero para que aquello no acabe a la primera embestida de la dama, y la señorita pueda seguir disfrutando el máximo tiempo posible, el resignado galán mantis tiene una especie de cerebro extra en el trasero, gracias al cual puede seguir manteniéndose tieso mientras la hembra acaba.
!Ay! Las delicias de la evolución.
El dilema está en si, técnicamente, eso es necrofilia o no. Aunque tampoco creo yo creo que le importe mucho..
... historias extra-ordinarias
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