El "Kopi Luwak", uno de los cafeses más fuertes y de mejor sabor que existen (y, aunque más difícil de encontrar que los del carrefour -y un poco más caro-, ya hay varias marcas que lo venden) esconde un terrible secreto. Según las instrucciones del paquete todo parece normal, granos procedentes de las plantaciones de Sumatra, Java y Sulawesi, recolectados por los nativos y recogidos después por el equivalente en aquellas tierras del Valdés del anuncio.
Pero en las "instrucciones" se saltan un paso: los nativos lo recogen, sí, pero después de que un marsupial se lo haya comido, lo haya digerido y lo haya defecado. Entonces, y sólo entonces, lo recogen.
Claro, dicen los estudiosos que son precisamente los ácidos y encimas del estomago de este animalito las que modifican las proteínas de estas semillas dándole un especial sabor que recuerda al chocolate.
A chocolate... ya. Podía hacer un chiste fácil pero casi lo dejo aquí. Al fin y al cabo mierda que no mata en gorda. Y nunca mejor dicho.
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