Para saber si una mujer era fértil, los médicos egipcios le hacían sentarse sobre una mezcla de harina de dátiles y cerveza. Si vomitaba era signo de que podía quedarse embarazada; si no lo hacía confirmaba su esterilidad. Sin margen de error.
Tal y como está el patio en cuanto a la planificación familiar y los múltiples fallos que se producen en tantos y tantos métodos como existen, el que comercialice la pasta en cuestión se forra. Que no creo yo que nadie dude a estas alturas de lo muy avanzada que fue la civilización egipcia. Vamos.
Medio mundo de puente y yo aquí diciendo chorradas. Esto va de mal en peor.
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