Tenía que tener truco. Siempre lo había sospechado. La cara de satisfacción/felicidad que habitualmente pone el de recursoshumanos cada vez que aparece en una de esas cargantes reuniones para compartir directrices (ya les vale, que con la de cosas que se pueden compartir estos se empeñen en hacerlo con "directrices") no podía ser consecuencia de alguna extraña pulsión parafílica sadomasolaboral. Nadie puede estar tan enfermo.
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