Hasta aquí nada nuevo (en España hace ya mucho que tenemos salas de esparcimiento... aquí se llamen retretes) pero la novedad está en que entre esos "servicios" se han incluido unos maniquíes con rasgos físicos muy parecidos a los de los jefes, maniquies que los empleados pueden golpear con bastones puestos a su disposición para dicho menester con la única finalidad de desahogarse de las tensiones diarias. El resultado no ha podido ser mejor, la productividad de la empresa ha aumentado un 10%.
Claro que por aquí a lo mejor la idea no resultaría tan tan rentable... teniendo en cuenta que, por muy duro que fuera el material de que estuvieran hechos, la factura en maniquies iba a superar ampliamente cualquier aumento de productividad.
... zapatero a tus zapatos
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