Dado que emperadores como Nerón o Calígula eran grandes aficionados al vino, hay quien sostiene que su destructivo comportamiento estaba influido por el saturnismo crónico. Vamos, que el Imperio se habría ido a pique por la afición de los emperadores a abusar del zumo de uva fermentado. Claro que, puestos a encontrar un responsable, también deberíamos apuntar a toda la ciudadanía del Imperio. Si tenemos en cuenta que el consumo de vino entre los habitantes de Roma era de entre uno y cuatro litros por persona y día –esclavos incluidos- el saturnismo debía de estar tan extendido entre ellos como la costumbre que tienen los funcionarios de ir a desayunar tres veces cada mañana.
Claro que no va uno a comparar la solidez de un imperio por muy romano que sea, con la de un puesto de funcionario. Sería de tontos.
... ser la pera
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario