Capítulo Milésimo tricentésimo vigésimo octavo: "El mundo da asco; todo el mundo va a lo suyo, menos yo... que voy a lo mío" (Andrés Rábago, "El Roto", 1947; humorista gráfico español)
Leo que un restaurante taiwanés ofrece comidas teñidas de marrón y servidas en pequeños inodoros para que sus clientes –que se sientan en urinarios-, tengan una experiencia escatológica única.
Ya ves, experiencia única. Cómo si el tema fuera algo raro en la vida diaria de (casi) cualquiera; 4.000 kilos de excrementos son los que produce, de promedio, una persona a lo largo de su vida. Y, además, ventoseamos alrededor de 3.000 veces al año.
Podía hacer un chiste fácil y decir simplemente que somos una mierda, pero como se trata de animarse un lunes de enero -y a estas horas de la mañana-, lo podíamos dejar en que somos aire... un poco contaminado... pero aire al fin y al cabo.
Lo mismo pero mucho más poético. Digo yo. El que no se conforma es porque no quiere.
... un agujero impuro
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario