Es insoportable la presión de haber comprado fresas. En el momento en el que compras fresas comienza una cuenta atrás muy corta para comértelas, una carrera contrarreloj solo comparable a quitarle la anilla a una granada y tener que lanzarla.
Y si lo de las fresas es malo, lo de los tomates es peor. En cuanto te descuidas se ponen malos, y teniendo en cuenta que suelen estar en la cocina, un sitio lleno de armas comprometidas, pueden pasar a la acción de una manera muy peligrosa.

Que los tomates malos, son malos. Pero malos, malos. Hay pruebas.

... historias extra-ordinarias.
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