Ahora que todavía (aún) tenemos algunos meses por delante (que, digan lo que digan, cada vez duran menos) organicemos el asunto, que luego se acaba echando el tiempo encima y todo son lamentaciones.
Propuestas para mejorar (dentro de lo posible) la cosa:
Se podría felicitar lanavidad del 24 al 26 de diciembre.
Se podría felicitar elañonuevo del 31 de diciembre al 2 de enero.
Y al que se saliera (o saliese) de estos márgenes se le arranca la cabeza y ya está.
A ver si la U.E. -reputada experta en sacar leyes diciéndonos hasta la hora a la que tenemos que cagar- toma nota y se pone manos a las fechas.
!Qué esto sí que es importante!

... historias extra-ordinarias.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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