3704. Miércoles, 13 mayo, 2020

Capítulo tresmilésimo septingentésimo cuarto: “Un chino se enfada al enredarse con un enchufe, se ha cableado mucho”.

Hasta ahora los leprechauns solo eran duendes de barba pelirroja que se hacían visibles cuando un arco iris unía el cielo con la tierra. Y que al final de ese arcoíris había una gran olla llena en la que estos chicos, unos avariciosos que por miedo a perder su tesoro no salían de su escondite salvo en contadas ocasiones, guardaban muchas monedas de oro.

Había algunos que se atrevían a decir que todo era una leyenda sin fundamento. Pobres descreídos.

Aquí está la prueba, una foto en la que uno de ellos es pillado en el momento en el que fabricaba uno de sus arcoíris y en la que se puede apreciar claramente una olla a sus pies. Y seguro que llena de monedas de oro.

Es lo que tienen los móviles, que puedes tener pruebas de esas cosas que todos sabemos que pasan pero nadie se las creía. Ya verás cuando hagan una foto del perro y la mermelada aquella.


... mosquitos.

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