Ayer, en un McDonald's, con mi hermano y sus hijos, que casualmente (o no) resulta que son mis sobrinos, aprendí que sí, que cuando eres tío se te parte el alma viendo a tu sobrino llorar desconsoladamente, pero el happymeal lo he pagado yo y el juguete es mío.
Para que luego digan que ir a un burger es perder el tiempo.
... brujas.
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