Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo trigésimo octavo: “Después de las navidades, la esperanza no es lo último que se pierde: es la grasa localizada”.
Cuando el número de cigüeñas que llegaban a Europa en el continente (islas incluidas) bajaron las tasas de nacimientos. Una relación causa-efecto evidente (e innegable) que está avalada por las estadísticas que hace la gente seria que se dedica a las estadísticas.
Que el número de nacimientos ha venido cayendo casi de manera similar a como decae la distribución de cigüeñas, y que tal hecho se pueda demostrar con datos objetivos a través de una ciencia considerada como tal deja algo muy claro: por más que ahora nos vendan otra historia, científicamente a los niños los traen las cigüeñas.
Lo de que vengan de París ya es más discutible.
... abracadabra.
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