Capítulo Tresmilésimo cuadringentésimo vigésimo sexto: “Con fuerza de voluntad, incluso un ratón puede comerse a un gato” (Proverbio bielorruso).
Alfajor, guirlache, mazapán, polvorón... los nombres de esas cosas dulces que se comen en navidad son raros (y quien se los puso, más). Y eso que todos están hechos de lo mismo, todos saben igual y todos son igual de empalagosos y difíciles de comer.
Dejando a un lado (por imposible) el misterio de las peladillas, que se siguen vendiendo pero que a nadie (salvo mi hermano que es raro) le gusta, hay otra gran cuestión en estas historias que me atormenta cada año por estas fechas: ¿por qué los roscos de vino se llaman roscos de vino si los roscos de vino (de saber a algo) saben a anís?
... cameos.
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