Depilarse las piernas, la espalda o el pecho es toda una penitencia, sobre todo cuando llega el verano. La imagen del tarro de cera caliente como puchero candente para un aquelarre, tan típico de estas situaciones, no ayuda. Pero, y aunque para gustos colores, triunfa la idea de que la ausencia de pelos es siempre más higiénica, además de mucho más estética.
La cosa se vuelve más complicada cuando uno se mete en la faena de pulir zonas pudendas tipo aureolas, testículos, o la algo más que difícil para estos menesteres región perianal, (por cierto, ¿se podrá uno rasurar los genitales teniendo párkinson? !que la gente con párkinson también tienen derecho a depilarse!). Lucir unos genitales pelados, con profundidad lampiña, y tersos como el culo de un bebé, es tendencia que dicen los modernos. Y como es tendencia.. pues al lío.
Ellas (parece que) lo llevan mejor, o simplemente lo sufren en silencio, pero la mayoría de los tíos no estamos hechos para una muerte lenta ni para torturas profundas. En esas andamos.
... sopa instantánea.
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