Conste que se de sobra que bonito y atún no son las misma cosa, aunque ambos sean peces teleóstelos acantopterigios de sabor similar... pero con distintas categorías, que todavía hay clases (por algo la RAE, que le dedica al atún seis líneas y al bonito dos). O sea, que el atún es el primo pobre del bonito.
Pero no te das cuenta, vas al hiper, está todo liado y tienes prisa. Solo te das cuenta cuando has llegado a casa. Abres una lata de atún pensando que es bonito y es como cuando te compras un clío pensando en un ferrari. Pero ya es tarde y gritas: ¿qué he hecho yo para merecer atún si lo que quiero es bonito?
Un verdadero dramón gastronómico en toda regla que no se disimula ni echándole la mayonesa, mahonesa o como coñe se diga. Hay que fijarse más.
... limpiando plata.
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