3221. Jueves, 4 enero, 2018

Capítulo Tresmilésimo ducentésimo vigésimo primero: "La educación fabrica máquinas que actúan como hombres y produce hombres que actúan como máquinas”. (Erich Seligmann Fromm, 1900 - 1980; filósofo alemán).

En el laboratorio Clarendon de la muy conocida universidad de Oxford, protegido dentro de una urna de cristal, se conserva un pequeño artefacto mecánico -similar a los despertadores de campana que aún andan rondando por algunas casas- que lleva funcionando desde hace, al menos, 180 años. Lo alimenta de electricidad una pequeña pila -de las secas- compuesta por varios discos alternativos de plata, zinc y sulfuro; una de las baterías más rústicas y antiguas del mundo de las que se tenga noticia, patente diseñada por el físico y sacerdote italiano Giuseppe Zamboni a principios del siglo XIX.

Los investigadores de Oxford están deseando reventar las tripas del dichoso aparato y comprobar qué esconde exactamente la pila; sin embargo, al hacerlo, podrían cargarse su funcionamiento, por lo que prefieren esperar y esperar, desde hace lustros, a que la batería de la pila se agote por sí misma antes de proceder a investigarla. Y en esas están, esperando, camino de los 200 años de vida útil.

¿Por qué una pila que conoció a Napoleón o a Dickens puede durar varios siglos, y la batería del móvil más ultramoderno no llega ni para usarla unas cuantas horas seguidas? Te sueltan lo de la obsolescencia programada y se quedan tan anchos. Nos mean y dicen que llueve.


... queso ilegal.

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