Capítulo Tresmilésimo octogésimo noveno: “Me levanto por la mañana buscando una aventura”. (George Edward Foreman, 1949; ex-boxeador estadounidense).
Estaba yo pensando en que hay algo romántico en una guerra mitológica que se disputa a causa de una mujer; eso sí, de la mujer más bella del mundo.
Y ya puestos, en lo divertido que resulta que los Troyanos cayeran con el truquito del caballo de madera de una manera tan tonta. !Pringaos!
... non grato.
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