Empezar el lunes con un chiste guarro. Por empezar, a tono con el día, con algo desagradable .
Un hombre entra en un bar y le dice al camarero:
– Perdón señor. ¿no tendrá usted un palillo?
El hombre, extrañado, le entrega uno, pero no hace ningún comentario. Pasados solo unos instantes entra una mujer diciendo:
– Perdón caballero, ¿sería usted tan amable de prestarme un palillo?
El dueño se asombra todavía más pero se lo entrega sin decir nada. Y así entra otra persona y otra, y otra... y todas pidiendo un palillo. Finalmente entra un chaval que le pregunta:
– ¿Podría darme una pajita?
– ¡Qué curioso! Todo el mundo entra a pedirme palillos y usted me pide una pajita... ¿Le importa explicarme por qué?
– Ya, es que alguien había vomitado en su puerta... ¡y ya se han acabado los tropezones!
Los lunes, que tampoco dan para más.
... insectos.
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