Capítulo Dosmilésimo septingentésimo vigésimo segundo: “El ser humano es el único animal preocupado por su peso”. (Philipp Meyer, 1974, escritor estadounidense).
Yo creo que se han acostumbrado a tantos años de puteo continuo por parte porque si no, no entiendo lo de las mujeres y los tacones. Por razones obvias –uno no es masoca- no soy experto en el tema, pero prueba a ponerte unos y seguro que no eres capaz ni de salir por la puerta; y eso si son bajitos y de los anchos, que llegas a probarte unos de esos de aguja y acabas con tres miembros escayolados. Sin embargo, ellas son capaces de aguantar horas y horas encima de tacones de altura imposible y hasta de bailar con ellos puestos.
Hay que reconocerlo porque es evidente, la capacidad de soportar dolor de las mujeres está a años luz del de los hombres. Y no lo digo solo por lo de los tacones, que también, sino porque son capaces de parir niños con la cabeza de una sandía mientras que un hombre, si está cagando y le viene el tema un poco más gordo, ya está pidiendo la epidural a gritos. !Y lo llaman el sexo débil..! ¡ya!
... palomitas.
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