El director italiano de cine Federico Fellini, un tipo listo, se negaba a participar por sistema en cualquier reunión, acto, conferencia o similar al que era invitado. Siempre que podía (o le dejaban) explicaba sus motivos: “... a la mayoría de estos actos sólo asisten dos clases de personas: los que hablan de cosas de las que no entienden y los que no entienden de qué se les está hablando”.
Pues a un servidor, tenaz y acérrimamente incluido en el segundo grupo, se empeñan en convocarle una y otra vez... para aguantar a los del primer grupo. Y de forma obligatoria.
¡Qué ganas tengo de jubilarme! !Qué ganas!
... cerúleo.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario