La lavadora, una máquina misteriosa, un enigma que nos hipnotiza. Porque tu abres la puertecilla, echas la ropa, la pones en marcha y eso empieza a dar vueltas y más vueltas provocando un ritmillo pegadizo -un putumm, putumm, putumm que ríete tú de la cancióndelverano-, acompañado de un festival de espuma que lo flipas. Y ya si tiene la puerta de cristal o de plástico y te fijas un poco, puedes ver la ropa dando vueltas y vueltas... que no hay vez que pase de la misma manera. Y hasta, si estás atento, descubres calcetines que no sabías ni que tenías y que curiosamente nunca volverás a ver.
Tal y como está la tele hoy en día pocos programas superan al que echa una lavadora centrifugando una camiseta.
... vainilla
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