Meditar sobre nuestro entorno, sobre nuestras actitudes, virtudes y carencias y sobre nuestra personalidad o tratar de seguir un camino muy creativo nunca está de más. Esta reflexión se enriquece sin duda escuchando las buenas aportaciones de quienes han dedicado muchas horas a reflexionar sobre ello con honestidad, seriedad y dedicación y tratan de ayudar con su experiencia a los demás.
Por ejemplo: ¿por qué seguimos con esa manía –que tanto odiábamos de pequeños- de sentir remordimientos por comer los bombones del piso de abajo si no se han acabado los de arriba?
Hay cosas que nos traumatizaron en la infancia y ya no hay quien las cure.
... hongos
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