El idioma revela características nacionales que resisten al tiempo y que la política o las conveniencias tratan de disimular o camuflar. La manera de llamar al (escaso) salario que obtenemos del trabajo es todo un ejemplo.
En ruso el dinero de la faena "se trabaja"; en húngaro "se busca"; en Alemania "se merece" y en inglés "se toma en serio", indulgente actitud propia de países tan paternalistas y minuciosos. Claro que los ingleses, después de todo, no son más que alemanes domesticados. Y no les va mal, no.
Pero en los países latinos en cambio, en todos, el dinero se "gana" como el azar, como si fuéramos una gran ruleta en torno a la cual jugamos todos desde tiempos de los romanos, como mirando a ver lo que cae.
Somos raros.
... depiladores
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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