Aviso: hoy estoy que muerdo. ¿Sabes esos días que te despiertas de mala leche…? De esos en los que te cruzas con la vecina en el ascensor te pregunta “¿qué tal?” y saltas “¿qué insinúas?”. Pues de esos. Paciencia. Por la vuelta. Y encima lunes.
Poco –nada- ha cambiado; las horas laborales siguen pasando penosamente lentas, estirándose como un chicle mezclado con pipas. ¿Alguien ha comido chicle y pipas a la vez? La sensación es extraña, el chicle empieza a dividirse en hilitos grasientos y acaba siendo una masa parecida a un puré con tropezones. A mí eso me sirvió para quitarme el miedo que te metían con lo de que si te lo tragabas se te pegaba a las tripas. Yo tenía el remedio: había que comer pipas y él solo se disolvería. Si en la boca pasaba, en el estómago con más razón.
Puñetero lunes. Puñetera vuelta.
... contra el tabaco
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario