Lunes, aquí víspera de fiesta. Después de unos días con cierta claridad, vuelvo a entrar al trabajo casi de noche. Lo mire por donde lo miren no entiendo el porqué del cambio de hora. No soy experto en economía (no saber dividir con más de dos cifras siempre me ha supuesto un problema para una posible inmersión en cuestión semejante) pero a simple vista el ahorro energético que nos venden no me parece tanto cuando tenemos que encender la luz una hora antes por la tarde y por las mañanas no amanece lo suficientemente pronto como para no tener que encenderla. Con este panorama sólo me dan ganas de hibernar como un osito y despertarme dentro de unos cuantos meses cuando el nuevo horario alargue otra vez la tarde.
Siento hablar de estas chorradas en vez de hacerlo de las cosas importantes, de esas que interesan !y de verdad! a la gente de a pie, pero tengo que ser sincero, no acabo de enterarme muy bien de si al final el marido le ha puesto o no los cuernos a la belénesteban. Mea culpa
Hasta el miércoles pues.
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