Siempre que viaja en tren el decimocuarto barón de Berners conseguía un departamento para él solito mediante un sencillo método: se encasquetaba un bonete negro y unas gafas oscuras. Si alguien osaba sentarse junto a él, sacaba el termómetro y se tomaba la temperatura cada cinco minutos con ruidosos suspiros.
Ya que le cartel que escribí con un bolígrafo de esos de punta fina poniendo “zona restringida” a la puerta no está surtiendo el efecto deseado, (se empeñan en que tengo que atenderlos escudándose en que es mi trabajo y me están pagando por ello –¡valiente disculpa!-), voy a ver si siguiendo el método del barón consigo que me dejen en paz.
Corregido y aumentado… que los lunes son muy malos.
... un infierno de hielo
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