Hay gente extraña con la incómoda manía de acercarse tanto que invade tu espacio vital. Y, aunque disimuladamente (o no) retrocedas, él te seguirá hasta acorralarte.
Solución: mantener la calma, inspirar, expirar y soltarle de carrerilla: "mira, no te asustes, pero tenía un picor tremendo, he ido al médico y me ha dicho que no me preocupe, que sólo son ladillas, eso sí, ten cuidado y no te acerques mucho no sea que..."
Mano de santo.
... Santa
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