Y no me refiero ya a las faltas de ortografía, (por mucho que digan tampoco creo yo que sean tan importantes a la hora de entender un texto -alguien vueno no va a dejar de serlo por escribirlo con b o con v-) sino a mi desconocimiento para usar correctamente los signos de puntuación. Y la culpa es sólo mía, que a pesar de ser de colegio público de toda la vida me los explicaron perfectamente.
Y mira que son importantes, tanto que hasta pueden salvarte la vida.
Maria Fedorovna, amante y leal esposa del Zar Alexander III (1845-1894) se apiadó de cierto súbdito al que su marido enviaba deportado a Siberia. La buena mujer intercepto el documento del Zar que decía: “Perdón imposible, enviarlo a Siberia”, y le cambió hábilmente la coma. El "nuevo" texto se convirtió en un “Perdón, imposible enviarlo a Siberia.”
Y alguien le debió de estar eternamente agradecido.
... la empatía del dolor
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario