Va un sencillo ejercicio (directamente sacado de una de esas revistas científicas) que puede hacer más entretenidos estos amargos ratos laborales que aun nos quedan por cumplir hasta que nos suelten:
1. Coger una hoja de papel y un lápiz.
2. Contar el número de letras que tiene el propio nombre; si son más de siete, se resta 2.
3. Hacer lo mismo con el apellido.
4. Multiplicar ambos resultados.
5. Escribir el número en la hoja y rezar esta oración: "Señor dame fuerzas para dejar de hacer estas gilipolleces y ponerme a trabajar"
6. Arrugar el papel
7. Intentar encestarlo en la papelera
Dicen que si el resultado del enceste es positivo, se te cumple el deseo. Yo , por si acaso, he puesto la papelera al revés, que estas cosas las carga el diablo...
... conservar el perfume
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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