Pues estábamos equivocados. Lo mejor que se puede hacer antes de una relación sexual es lanzar un fuerte y prolongado alarido.
David Lewis, un prestigioso sexólogo (si es que pueden ir ambas palabras en la misma frase) que ha dedicado su vida a estudiar estos temas tiene pruebas concluyentes que afirman que quienes pegaban un potente grito "antes de" se convertían, además de liberar sus tensiones, en amantes mucho más fogosos capaces de satisfacer mejor a su pareja.
Tenemos por delante un fin de semana completo para comprobar tan curiosa teoría. A por ella.
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