En vista de que si usted invierte en ladrillo no obtienen ya la rentabilidad esperada, de que si pone su dinero en bolsa no sabe que será de él el día de mañana y de que el dinero encoje siempre cuando se lava, muchas gentes sensatas han decidido volver a la simpática costumbre anterior de guardar sus ahorros en medios más seguros.
Para ayudar en tan prudente medida económica se han puesto a la venta preciosos modelitos que tenemos el gusto de presentar en rigurosa exclusiva:
... vomitar.
Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"
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