En el transcurso de la reunión que se formó ayer en la puerta del centro de trabajo impulsada por aquellos que necesitan fumar (y sus muy solidarios acompañantes), ha lanzado su primer panfleto el hasta ahora siempre discreto Justino Menéndez y López de Castro. El texto de mismo trataba de cuestiones laborales de alto interés para los trabajadores y estaba impreso, sin pie de imprenta, en papel azulenco y tamaño del ocho, con tinta negra. Estaba compuesto en letras del ocho, con unas líneas finales en cursiva que hacían un bonito juego con la raya final y combinaban maravillosamente con las siglas del grupo firmante. Para tan magna ocasión, Justinito vestía tabardo verde, con capucha del mismo color, pantalón vaquero con hilachas negligée y camisa de dril azul, con numerosos bolsillos llenos de bolígrafos de diferentes gruesos y colores.
Asomado a la ventana que da justo encima de la entrada principal, impulsó un mazo de panfletos para que cayeran sobre los fumadores (y sus solidarios acompañantes) que ocupaban el lugar, pero, quizá por el nerviosismo, las hojas no se separaron y cayeron en bloque sobre la cabeza de la conocida Cuqui, de administración, que dijo "!Ay, hijo, que acabo de venir de la pelu y me vas a destrozar el moño!", y fue muy aplaudida por todos.
De todas maneras, la desenvoltura y la buena intención de Justinito fueron apreciadas por la concurrencia y muy alabadas por correligionarios y amiguetes, que le dieron palmadas en la espalda. Justino se fue a su casa tan contento.
... chií y suní.
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