3371. Miércoles, 19 septiembre, 2018

Capítulo Tresmilésimo tricentésimo septuagésimo primero: “No se deberían poner caras largas, aunque solo fuera para no tener más superficie que afeitar" (Fernand Joseph Désiré Contandin, 1903-1971, cómico francés).

Uno tiene la edad que tiene por haber nacido en el año que nació y (sobre todo) por ir cumpliendo un año más cada año del calendario. Hasta ahí, blanco y en botella: leche (o bukkake, al gusto).

Pues nos engañan, o al menos no nos cuentan toda la verdad. Sí, es cierto que por aquí un año es un año. Pero sólo por aquí. Si uno se apunta a otro sistema de medición ¡y hay muchos!, y todos ellos respetables uno puede ponerse o quitarse años a conveniencia y sin mayores problemas. Bastará (y es sólo un ejemplo) con decir: "a partir de ahora me convierto al persianismo (o como se llamen los de la religión persa y me rijo por el calendario persa". Desde luego hay para elegir:


El truco está en nacer con una religión y cambiarse varias veces y según según conveniencia cada vez que uno crea conveniente. El "exquisito" res-pe-to que se debe tener a otras culturas y/o religiones hará que nadie se atreva a decirnos nada y así podamos tener y sobre todo "decir" los años que nos dé la gana sin hacer eso tan feo cuando nos preguntan la edad que es mentir.

... clips.

Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

No hay comentarios: