3193. Lunes, 13 noviembre, 2017

Capítulo Tresmilésimo centésimo nonagésimo tercero: “Nuestro cuerpo son nuestros jardines, nuestras voluntades son nuestros jardineros”. (William Shakespeare, 1564 – 1616; dramaturgo inglés).

Desayuno, la comida (al menos hasta que se les ocurra lo contrario) más importante del día. Y para gustos colores. Los franceses adoran sus cruasanes y su caféolé que devoran con ese aire de superioridad tan suyo. En Australia son fans, pero fans, fans, (así, en plural) de la mantequilla de cacahuete y también del vegetime, una pasta para untar de lo más salada. Los alemanes le dan a las wursts (salchichas), quesos y pan... con café para tragarlo todo. En Marruecos desayunan también con pan (de muchos tipos, el baghir, el mejor) a los que añaden salsas picantes, quesos y mantequilla. Los suecos le dan al pannkakor, una especie de crêpe, lleno de fruta y montones de nata montada.

En los U.S.A. desayunan tortitas bien gordas, guarnición abundante de bacon, y que todo esté ahogado en mantequilla y sirope de arce.

El desayuno nacional nipón es tofu en salsa de soja.

Uno de ellos es el paraíso de los cardiólogos, el otro resulta ser el país donde más tiempo vive el personal.

Pura casualidad. Evidentemente.


... pelotas.

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