Dicen los expertos que saben de estas cosas que, en principio, y pese a que es una práctica extendida, llevar una botella de vino cuando te invitan no es el regalo más adecuado, ya que obligas al anfitrión a plantearse si servir ese vino o el que él tenía previsto. Otra cosas es que adviertas, con tiempo suficiente cuando te invitan, que llevarás una bebida; en ese caso, es recomendable saber cuál es el tipo de vino preferido o la comida que se servirá.
Por eso se me ha ocurrido hoy que -según los papeles- cumplo años, ser yo quien regale una botellita a cada uno de los que se acerquen por aquí. Una botella de vodka ruso Russo-Baltique. Un vodka diseñado y financiado por la Princesa Regina Abdurazakova de Kazajistán y comercializado por el fabricante de coches ruso Russo-Baltique para conmemorar los 100 años de escudería y que se hizo (más) famoso gracias a la serie de "House of Cards": en uno de los capítulos, el presidente Víctor Petrov le regala una botella al presidente Frank Underwood y le explica el ritual para tomarlo. La botella, fabricada en vidrio a pruebas de balas, está inspirada en el radiador de los coches de marca y lleva monedas de oro acuñadas entre 1908 y 1912. El tapón es también de oro amarillo y blanco con una réplica del águila imperial rusa y tiene un diamante incrustado.
Por ahora el regalo es solo virtual (aunque regalo al fin y al cabo) ya que su precio -de a 1.199.000 euros botella- me descuadraría ligeramente el presupuesto de este mes a partir de las cien unidades. Eso sí, como querer es poder, y yo quiero... más pronto o más tarde os llegará una de verdad. Fijo.
... huellas.
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