3020. Miércoles, 25 enero 2017

Capítulo Tresmilésimo vigésimo: “Discurrió bien quien dijo que el mejor libro del mundo es el mundo mismo”. (Baltasar Gracián, 1601 – 1658; escritor español).

En 2004 se prohibió, en Japón, la compra de ropa interior usada en máquinas expendedoras públicas. Lo que quiere decir que hasta entonces se hacía, algo que no deja de producir cierto desasosiego. Pero lo único que han conseguido cambiar ha sido la forma de distribución, ahora basta teclear shiyou-zumi shitagi (ropa interior usada en japonés) para ver cienes y cienes de tiendas, o ir directamente a la más popular White Moon, ubicada en Osaka, para elegir perfiles de los usuarios que venden sus, entre otras muchas cosas usadas, ropas y toda la información adicional de las mismas, incluyendo ocupación, edad y medidas de las usuarias.

Pantis y sujetadores por 28 dólares, tubo de ensayo con saliva por 18,50, botellas dea 500 ml de orina por 28 dólares y heces fecales -enviadas en un taperware rosa herméticamente sellado-, por el mismo precio. El sitio es un mero intermediario que se queda con el 20 % y son las propias vendedoras las que envían su mercancía.

Eso sí, los gasto de envío no están incluidos


... dinero en singular.

Todos los "capítulos" de "tantos hombres y tan poco tiempo"

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