2596. Lunes, 9 febrero, 2015

Capítulo Dosmilésimo quingentésimo nonagésimo sexto: “La primera vez te casas por amor, la segunda por dinero y la tercera por compañía”. (Jacqueline Kennedy Onassis, 1929 – 1994; ama de casa).

Debemos nuestra vida a las plantas, que son las que llenan el planeta de oxígeno y gracias a eso podemos respirar. En esencia, una plata no es muy diferente a nosotros, las personashumanas. Una planta se compone de cuatro partes básicas: las raíces, por las que bebe y se alimenta; el tallo que es lo que determina su altura; las hojas, que es por donde respira; y la flor, que es su órgano reproductor. Es decir, como si nosotros respirásemos por las manos, comiéramos y bebiéramos por los pies, y coiteáramos por la cabeza. Algo incómodo, ya que si comiéramos con los pies todo nos olería raro y si respirásemos por las manos tendríamos que ir con mucho cuidado al dársela a alguien porque lo podríamos asfixiar.

Aunque lo más extraño es lo de la flor. La flor es el órgano reproductor de la planta, es decir, cuando a alguien le regalamos un ramo de rosas -y sanvalentín está a la vuelta de la esquina- ¿somos conscientes de lo que le estamos regalando realmente? Porque si nos ponemos en la situación inversa, es decir, que si las plantas le regalaran lo equivalente a sus amantes plantas, le estarían regalando un ramillete de pollas y eso, por más bonitas que sean, no sé yo si es muy romántico.

Y es verdad que las plantas no pueden hablar ni moverse, pero si pudieran, les diera por salir de fiesta a una discoteca y se pusieran a ligar le dirían a quien quisiera escucharlas: “pues sí, esta es mi flor, ¿a qué mola?” Y todos: “ohh qué bonita que es ¿te la puedo tocar? ¿me dejas que la huela?” El mismo caso, si lo hiciéramos los demás con lo que viene siendo la flor propia, seguro que no daba el mismo resultado.


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