2532. Miércoles, 22 octubre, 2014

Capítulo Dosmilésimo quingentésimo trigésimo segundo: “La felicidad es como una nube: si te quedas mirándola mucho tiempo, se disipa”. (Sarah McLachlan, 1968; cantante canadiense).

Me acuso: me gusta darme baños calientes con la bañera llena. Sé que no debería hacerlo, que no es ecologista, que estoy matando el planeta. Sin embargo yo pongo mi grano de arena. Ya no dejo correr el agua cuando me lavo los dientes, siempre voy a comprar con las mismas bolsas –especialmente desde que las cobran- y ni tan siquiera sé conducir, lo que, por raro que parezca, hace que no tenga coche que contamine.

Sé muy bien lo que debo hacer, pero algunos días no estoy de humor para salvar la Tierra. Las comidas envasadas son un crimen con tantos envoltorios… pero resultan muy prácticas. No siempre tiro las pilas viejas donde debo porque a veces mi propia pila de ganas tampoco tiene energía para hacerlo. Y sí, lo sé, los aerosoles son nefastos, pero es que los desodorantes en barra se llenan de pelos del sobaco a la primera pasada y no hay manera de quitarlos.


... máscaras

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